Alemania es, desde hace mucho, el peor drama de Europa. Nuestros antepasados le llamaban «el enfermo de Europa» por su tendencia a la expansión territorial, al racismo y a la violencia.
La avaricia y la soberbia de Alemania: «El peor lastre para Europa»- Ha provocado guerras, ha inventado doctrinas nocivas y ha generado decenas de millones de muertos en campos de batalla y en crueles operaciones de exterminio.
En la actualidad, la nueva agresión» de Alemania se llama «avaricia» y representa un sucio ejemplo de cooperación entre países asociados y un gran lastre para Europa, sobre todo para las economías de países que luchan por eludir la ruina, como España, Italia, Portugal y Gracia.
Muchos países del mundo han sido comprensivos y solidarios con Alemania cuando ese país estuvo en dificultades, pero los alemanes, arrogantes y conflictivos, no lo son cuando ellos tienen la fuerza en el puño. En esos momentos de poder, como el presente, Alemania saca a flote lo peor de si misma y tiende a sojuzgar, humillar y hasta aplastar a sus socios.
La avaricia y la soberbia de Alemania: «El peor lastre para Europa». La última vez que Alemania se beneficio del mundo fue en el Acuerdo sobre la deuda externa alemana de 1953 o Acuerdo de Londres.
Entonces, los acreedores, tanto los que poseían más deuda (Estados Unidos, Reino Unido y Francia)1 como otros muchos (Bélgica, Canadá, Ceilán, Dinamarca, Grecia, Irán, Irlanda, Italia, Liechtenstein, Luxemburgo, Noruega, Pakistán, España, Suecia, Suiza, la Unión de Sudáfrica y Yugoslavia, entre otros) acordaron la anulación de la deuda en un 62,6% quedando pendiente de pago 14.500 millones de marcos (7.500 millones correspondientes a las deudas privadas contraídas antes de la guerra y 7.000 correspondientes a la postguerra).
Aquella reducción de la deuda de la República Federal Alemana (RFA) fue clave para su rápida reconstrucción después de la segunda guerra mundial y permitió el resurgimiento de Alemania como potencia mundial.
En la actualidad, la soberbia alemana y su incorregible arrogancia y complejo de superioridad vuelven a causar estragos en Europa. Alemania no solo se niega a suavizar sus duras condiciones con los países que le deben, sino que practica una política que resta capacidad de crecimiento y empobrece a los países mas débiles de Europa que luchan por resurgir, como Italia, España, Portugal y, sobre todo, Grecia, la gran víctima actual de la dureza inmisericorde alemana.
Grecia fue un país arrasado por los nazis, pero Grecia perdonó a Alemania su deuda y no le reclamó indemnizaciones por los estragos causados durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora Alemania es una gran potencia y Grecia lucha por evitar la ruina, mientras Alemania le aprieta las tuercas sin clemencia y se niega a perdonar ni un solo euro a los griegos.
Pero Alemania no solo es implacable con lo que le deben, sino que, con su política económica se atiborra de ventajas, se financia a coste cero, acumula superávit por cuenta corriente y, para colmo de males, incumple las directivas de la Unión Europea sin que nadie se atreva a penalizarla.
El superávit por cuenta corriente de Alemania está fuera de control. Según los últimos datos publicados por Eurostat, en el cuarto trimestre de 2014 el superávit alemán representó el 9,1% del PIB trimestral, una cifra que tan sólo Holanda ha superado hace algunos trimestres.
De este modo, Alemania está incumpliendo uno de los Procedimientos de Desequilibrio Macroeconómico. Y es que el balance por cuenta corriente debe moverse en la horquilla del -4% y +6% para el buen funcionamiento del conjunto del área monetaria.
Con estos datos en la mano, Ambrose Evans-Pritchard, editor del Telegraph, señala a Alemania como uno de los mayores incumplidores de las reglas de estabilidad comunitaria, por lo que el país germano debería ser objeto de sanciones si se cumplieran las normas de la Unión Europea.
El elevado superávit de Alemania impide que países como España, Francia o Portugal puedan equilibrar sus balanzas con mayor facilidad.
Pritchard cree que no se puede justificar que el mayor país de la Eurozona juegue con sus propias reglas, Alemania está desafiando a la Eurozona y su normativa, explica el periodista británico.
Y es que la maquinaria regulatoria de la Eurozona está fuertemente politizada y ha permitido que Alemania haya incumplido por quinto año consecutivo los límites de superávit por cuenta corriente.
La avaricia y la soberbia de Alemania: «El peor lastre para Europa». Por www.votoenblanco.com