Liberland está entre Croacia y Serbia, a orillas del río Danubio. El «presidente» lo proclamó soberano y prometió «libertad individual y económica». Ya tiene web, bandera, himno y el borrador de su Constitución. Ya ha ocurrido otras veces, pero esta vez llevaron la broma mucho más lejos de lo imaginado. Un pequeño territorio sin reclamar, una persona con la alocada idea de fundar una nación independiente, una bandera izada en el desolado lugar y la proclamación de un país soberano. Pero ahora el presidente de Liberland, Vit Jedlicka, busca a cinco mil pioneros, y es posible anotarse por internet. Jedlicka, nacido en la República Checa, tuvo hace algún tiempo la ocurrente idea de proclamarse mandatario de un pequeño territorio sin reclamar, entre Croacia y Serbia y a orillas del río Danubio. La broma creció y la «República Libre de Liberlandia» pasó a tener página de Facebook, cuentas de Twitter, un sitio web oficial, una bandera, el escudo, su himno oficial, un borrador de la futura Constitución, un partido gobernante (Partido de Ciudadanos Libres), una tendencia política (libertaria y eruoescéptica) y un lema: «Vivir y dejar vivir». Ah, y una entrada en Wikipedia, como debe ser. Pero les falta todo el resto. Es decir, en Liberland no hay agua potable ni suministro eléctrico. Hay alguna edificación abandonada, pero nada más. Sin embargo, ya son muchos los que sueñan con la idea de vivir en un país verdaderamente independiente y libre. Y, por qué no, un paraíso fiscal.
«Liberland empezó a existir debido a una disputa fronteriza entre Croacia y Serbia. Esta área a lo largo de la orilla oeste del río Danubio no es reclamada por Croacia, Serbia o cualquier otro país, por lo que es tierra de nadie. El límite se definió para no interferir con el territorio de ambos países», fue la decelaración del «presidente» Jedlicka, que en la República Checa era conocido como economista, publicista, activista y político.
Liberland promete «libertad individual y económica, concecida a los ciudadanos y que limita el poder de los políticos». Pretende «crear una sociedad en la que las personas honestas pueden prosperar, sin tener el Estado haciendo su vida difícil con restricciones e impuestos innecesarios». Habrá energía solar, servidores web y sistemas de telecomunicaciones propios, se construirá la ciudad y se designará un gobierno de entre diez y veinte ciudadanos, que se elegirá por el voto electrónico de los futuros cinco mil habitantes de Liberland. Los requisitos para postularse a funcionario estatal del flamante país son pocos: no hay que ser comunista, neonazi o extremista.
Por lo pronto, el presidente sigue eligiendo entre los postulantes a convertirse en ciudadanos de este nuevo país. Tiene un arduo trabajo: ya hay 250 mil personas que quieren vivir en Liberland. Para quienes quieran ubicar su localización exacta, Liberland está en las coordenadas 45° 46? N, 18° 52? E.