En su última novela Kiko Amat nos sumerge en una exploración descarnada y mordaz del despertar sexual del adolescente en la periferia barcelonesa de los años 80.
Kiko Amat: «Dick o la tristeza del sexo». A través de la vida de Francki Prats, un quinceañero católico y virgen, Amat desentraña las complejidades de una educación sexual represiva y una obsesión desbordante por el sexo.
Franki, atrapado en un entorno familiar disfuncional, encuentra refugio en su imaginación, dando vida a Dick Loveman, un galán atemporal que ocupa sus fantasías más lujuriosas. Estas ensoñaciones, que oscilan entre lo onírico, lo familiar e incluso zoológico, reflejan una crítica feroz a la sociedad de la época, que impuso una idea de masculinidad inalcanzable y caricaturesca.
Su estilo crudo y brutalidad, plagado de referencias cultas y citas de textos religiosos y filosóficos, no solo desidealiza la maduración erótica y sentimental del protagonista sino que también provoca una reflexión profunda sobre cómo las condiciones sociales y culturales de la época moldearon una sexualidad desolada y aberrante.
Además de su relación con su alter ego, Francki se apoya en su mejor y único amigo, Bruno Berniola, alias el «sexperto», quien lo guía a través de una serie de pruebas que desafían su comprensión del sexo y la intimidad. Esta amistad, cargada de humor negro y situaciones absurdas, añade una capa adicional de complejidad a la trama, evidenciando la fragilidad de la educación sentimental de una generación que creció entre la represión y la confusión.
Kiko Amat: «Dick o la tristeza del sexo». Pedagogía y entretenimiento. Es cultura popular 100%. Cero pedantería.
Con la novela Kiko Amat no solo nos ofrece una historia irreverente y divertida, sino una espejo incomodo de una generación marcada por la torpeza emocional y la ausencia de referentes sanos. Un viaje ácido, descarnado y absolutamente imperdible.
Normalmente con mis libros la sonrisa se te congela siempre, afirma Amat. Y en este caso quería conseguir lo mismo, que tuviera momentos de hebefrenia, es decir, hilaridad enloquecida mezclada con máxima tristeza.
De hecho si un lector de «Dick» se sorprende con alguna escena en particular, es porque yo también lo hice. No sabía que eso iba a pasar. Luego lo trabajo para que posteriormente funcione dentro del libro. Cuando surge es un momento incontrolado, puedes llamarlo mágico y parece que viene el relato de otra dimensión.
Creo que fue Andre Dubus quien, a través de un personaje suyo que era profesor y escritor, decía: «La gente cree que lo mío tiene que ver con la inteligencia, pero en la realidad tiene que ver con el instinto» Yo trabajo con el instinto, no con el intelecto. Luego, con oficio y esfuerzo, lo comprimo hasta convertirlo en una novela. Nunca parto de una tesis. Entiendo que la gente me haga muchas preguntas, pero yo funciono así.
Kiko Amat: «Dick o la tristeza del sexo». Por Rose Sioux