En esta exposición se cuestionan el tiempo y la memoria como forma de supervivencia, se reta al despertar del recuerdo, a la lucha contra el tiempo. Marcel Proust proclamó “El olvido no existe sin alterar profundamente la noción del tiempo”, el mismo autor que manifestó que el estado de las cosas no pertenece únicamente al presente. Boltanski, Lavier y Markul, afincados en París, rinden homenaje a estas palabras. Juegan con la noción del tiempo, implantando el pasado en el presente, se mueven entre la línea de la realidad y lo artístico y cortejan con la idea de la muerte para darle vida.
Après (2000) es la obra que presenta Christian Boltanski, la cual da título a la exposición que se sumerge en un análisis de la existencia, de su inexorable fin y de su búsqueda ulterior. El artista inicia este recorrido a través de doce fotografías impresas sobre lino, basadas en su trabajo Les Écoliers d’Oiron (1993), enmarcadas en metal sobre una vara y una base del mismo material. En el momento en el que se disparó la cámara para retratar a los niños, esa realidad se convirtió en inmodificable, el pasado siempre será presente. Así, este medio de expresión representa el soporte a través del cual ver, recordar y preservar la memoria. Boltanski busca contínuamente en su obra el reflejo de la existencia individual y evidencia a menudo en el espectador una especie de melancolía relacionada con la pérdida de la inocencia.
En 1993 Boltanski pronunció estas palabras: “Como artista yo poseía un espejo; quienquiera que se refleje en el espejo vive, pero aquel que sujeta el espejo, el artista, es nada. El espejo lo esconde. Soy una máquina que realiza los deseos de otros”. Es aquí cuando entra en juego Bertrand Lavier, uno de los artistas franceses más influyentes de su generación. Desde la década de los setenta se ha encargado de abordar la relación entre el arte y la realidad, cómo tornar borrosa la línea que separa la pintura de la escultura. Quien dijo una vez “Yo hago exposiciones, no fabrico imágenes, no tengo estudio” presenta uno de sus conocidos miroirs que pinta in situ en el Oratori, días previos a la inauguración. Un espejo “manifiesta la imagen de lo que piensas que ves”, asegura Lavier. Pero en su obra, uno no puede ver, ni puede verse. Sus densas pinceladas de gel sobre el cristal, llegan a una nueva dimensión en Après, formando una falsa proyección. Crean el reflejo de una ficción, situando al espectador en un tiempo inmóvil, como si nuestro cuerpo estuviera en una nueva atmósfera, flotando entre dos mundos.
Este viaje culmina con Angelika Markul. En la obra de esta artista multidisciplinar abunda la creación de vídeo e instalaciones en las cuales predominan materiales naturales donde la luz es un elemento esencial. Para la ocasión selecciona una instalación de fieltro, cera y cuerda que posiciona sobre el altar junto a una pieza de neón azul que la ilumina. Esta obra forma parte de su proyecto Excavations of the Future, (2016). Tras viajar a México y visitar la arquitectura ceremonial de Mesoamérica, en Teotihuacán, nace en ella la necesidad de evocar estos lugares y representar su simbología para encontrar el balance en el estrato temporal que separa lo natural de lo intangible. Inicia la búsqueda de la imagen que está escondida al ojo del ser humano, se mueve a través del espacio antes del après.
Christian Boltanski nacido en 1944 en Malakoff, Francia, es uno de los artistas contemporáneos más reconocidos de su generación. Ha representado a Francia en la Biennale de Venecia en 2011 y ha participado en tres ocasiones en la Documenta de Kassel. Su trabajo ha sido expuesto en grandes museos e instituciones internacionales como el MoMA de New York; Centre Georges Pompidou, París; Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid; Espace Louis Vuitton, Munich; Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires; Teien Art Museum Metropolitan, Tokyo; Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris; Museo Nacional Bellas Artes, Santiago de Chile; Palais de Tokyo, París – entre muchos otros.
Bertrand Lavier nacido en Châtillon-sur-Seine, Francia, en 1949, vive y trabaja en París. Es un artista autodidacta que obra instalación, escultura y pintura. Trabajaba como paisajista antes de formar parte de sus primeras exposiciones colectivas en torno a 1971. En 2012 tuvo una gran retrospectiva en Centre Georges Pompidou, París, y su trabajo ha sido expuesto regularmente en renombrados museos internacionales como Kunstmuseum Luzern, Luzern; Kunstmuseum Liechtenstein, Vaduz; Palais de Tokyo, París; MAMC, Musée d’Art Moderne de Saint-Étienne; Fondation Vincent van Gogh, Arles; Villa Medici, Roma; Musée d’Orsay, París; Musée du Louvre, París; Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris; Musée d’Art Moderne et Contemporain, Ginebra; M.C.A. San Diego; Museum Moderner Kunst Stiftung Ludwig, Vienna, Kunsthalle Bern – entre otros.
Angelika Markul, nacida en Szczecin, Polonia, en 1977, vive y trabaja entre Francia y Polonia. Se graduó en la Escuela Nacional de Bellas Artes de París en 2004. En 2017 recibió el premio MAIF de la escultura contemporánea por Mylodon de Terre. En 2016 fue galardonada con el Premio COAL du Art et Environnement por su proyecto Tierra de Fuego. Su obra se ha expuesto en el Jewish Museum, New York; National Art Museum of China, Beijing; CSW Zahme Ujazdowski, Varsovia; Palais de Tokyo, París; Museo Sztuki, Polonia; Domaine de Chamarande, Chamarande; MAC/VAL, Musée d’Art Contemporain du Val-de-Marne, Vitry-sur-Seine; Fondation Cartier, París – entre otros.
KEWENIG // Duración de la exposición: 25 de enero – 17 de marzo de 2018
Oratori de Sant Feliu C/ Sant Feliu s/n E-07012 Palma de Mallorca gallery@kewenig.com www.kewenig.com