Las obras representan a mujeres que vivieron la posguerra u otros tiempos acogiendo planos y detalles en los que los elementos adquieren gran relevancia.
Antonio Ovejero al rescate del pasado. En su obra, Antonio siempre intenta abordar temas como la memoria, el rescate del recuerdo y el paso del tiempo. Desde que comenzó a producir, esto se refleja en sus primeros proyectos como «Mujeres sin color», «Relato sobre el luto» o «Señoras».

El artista habla de mujeres de avanzada edad que vivieron la posguerra y el sistema cultural y de creencias de la España de entonces, y que, en su madurez, han logrado desapegarse de alguna manera de ese pasado.

El cariño de Antonio Ovejero se forjó en esa época de veranos inacabables y padres ausentes, cuando ir al pueblo era sinónimo de ir a la libertad… o, bueno, se parecía mucho, comparte, “Mis abuelos maternos son de Cuenca, de Casas de Guijarro y Pozoamargo, y, en los veranos, siempre pasaba un mes con ellos en el pueblo. Recuerdo que, cuando bajaba un poco el sol, mi abuelo sacaba la manguera del patio, regaba la calle para que hiciera más fresquito y todos los vecinos sacaban sus sillas para tomar la fresca; ahí estaba yo también.

Me encantaban esos momentos de tertulia que se alargaban hasta las tantas. Creo que de esos recuerdos de infancia es donde nace mi entusiasmo por el costumbrismo, las conversaciones e historias de las que hablaban, desde la receta de una tarta, hasta los hastíos de la guerra. Me acuerdo de una conversación con mi abuela en la que me contó que su madre había estado de luto desde los 19 años hasta los 83 que murió. Me impactó mucho”.
Antonio Ovejero al rescate del pasado. Le gusta representar a las señoras de una manera más ornamentada y glamurosa, como un signo de prestigio.



Para el artista, es importante reflejar esa resiliencia a través de la estética y el estampado, que utiliza como recurso identitario de una generación como la de su abuela y sus amigas, que provienen de esa España más cruda y que aún siguen presentes en nuestra sociedad. Representa a esa mujer con sus anillos, vestidos y bolsos, esa mujer que plasma en sus obras.
El artista piensa que lo ostentoso pertenece a la representación de cierto empoderamiento tras una vida, por así decirlo, en blanco y negro. La temporalidad juega un papel fundamental en su trabajo. El paso del tiempo y cómo se ha tratado a estas personas es algo en lo que se centra mucho.

Intenta representarlas a través de sus objetos o las escenas que evocan esa época, uniendo las vivencias que le han contado con las que él ha vivido, y generando todo un imaginario que intenta plasmar en su obra en torno a estas mujeres y a esta sociedad.


A lo largo de su obra, ha trabajado mucho el retrato desde diferentes enfoques, especialmente en el proyecto de Las Señoras, en el que quería usar el retrato como un sello colectivo de las mujeres que representaba, de manera que una figura como la Conchita o la Paca simbolizara a todas esas mujeres de una generación.
Su obra se adentra en la experimentación pictórica figurativa. Antonio Ovejero investiga sobre la memoria y en el rescate de las escenas que residen en nuestro imaginario colectivo en torno a lo sublime de la cotidianidad. Las señoras con joyas y bolsos grandes, de vestidos estampados y peinados extravagantes son el eje principal de su obra. A través de la estética kitsch busca lo ostentoso en lo costumbrista, lo llamativo y pretencioso.

La iconografía del estampado como recurso identitario y estético es una constante en su producción. Para él, la unión de la vejez, lo cotidiano y lo elegante es una imagen recurrente. Define su proyecto pictórico como neo pop costumbrista.
El gesto es muy importante, algo que ha intentado destacar en su obra. Además, dependiendo de cómo se presenta a una persona en un retrato, se pueden contar diferentes historias.
El hecho de que exista una mueca, una mirada más lasciva o desafiante, también es una manera de narrar y contar en la obra. Sin embargo, ahora utiliza el retrato de una forma diferente. Piensa que retratar a las personas también puede hacerse mostrando los elementos que las construyen.

Por ejemplo, trabaja con planos en los que los elementos, como un bolso, unas joyas, las manos o las posturas, adquieren gran relevancia. Todo eso también refleja cómo es una persona y cómo es un conjunto de personas. Así, el retrato actual, en el que utiliza el gesto, se basa en la disposición de los elementos: cómo se coloca una mano, cómo se coloca un bolso y cómo se construye la imagen que representa.
Antonio Ovejero al rescate del pasado.