Una cerveza dorada que rinde tributo a los Sex Pistols y demuestra que la rebeldía también puede ser artesanal.
Anarchy Lager: cuando el punk se embotella ¿Qué pasa cuando el caos, la furia y la rebeldía de los Sex Pistols se fermentan durante 50 años? Nace Anarchy Lager, una cerveza artesanal dorada que no viene a pedir permiso, sino a patear la puerta como si fuera 1977 otra vez.
Esta lager no es para los que buscan una cerveza “suavecita para el calor”. Aquí hay actitud. Desde la etiqueta —que parece arrancada de un cartel de protesta en Camden Town— hasta el primer trago, Anarchy Lager grita con el mismo desprecio por lo establecido que gritaban Rotten y compañía. Es dorada, sí, pero no inocente. Tiene un amargor elegante que no llega a escupirte en la cara, pero sí te da un buen empujón. Y ese sutil toque cítrico… como un escupitajo dulce al sistema.

Anarchy Lager: cuando el punk se embotella. Refrescante, disruptiva y con el volumen al mango: así se toma el legado de los Pistols medio siglo después.
No busca reinventar la rueda, sino celebrar el ruido. Es una lager con presencia, con ese equilibrio raro entre lo clásico y lo salvaje, como un riff que no envejece. Te la tomas y lo entiendes: esto no es marketing, es una cápsula del tiempo fermentada para quienes todavía creen en romperlo todo con estilo.
La Anarchy Lager no es solo una cerveza. Es un brindis a medio siglo de punk, una celebración de la mugre, la disrupción y la libertad en estado líquido. Ideal para escuchar Never Mind the Bollocks a todo volumen mientras piensas en todo lo que todavía queda por incendiar.
La receta ha sido diseñada por la maestra cervecera Marta Galán, quien ha querido rendir homenaje a lo local con respeto a lo autóctono, sin renunciar a una personalidad audaz y transgresora. Con este nuevo lanzamiento, Gures consolida su apuesta por una cerveza disruptiva, atrevida y gallega.
Porque si vas a beber, que sea con rabia, con memoria y con sabor a revolución.
Y sí: el punk aún vive. Ahora también se puede beber.
Anarchy Lager: cuando el punk se embotella. Por John Headhunter.