La artista holandesa transforma la moda en un juego de percepción y abstracción.
Viviane Sassen: «Ilusión y forma en la fotografía». En el panorama contemporáneo de la fotografía de moda, pocas artistas han logrado traspasar sus límites con la audacia conceptual y la destreza estética de Viviane Sassen. Su obra, una sinfonía visual de color, forma y textura, subvierte las convenciones del género y lo eleva a una dimensión en la que la figuración y la abstracción cohabitan en un diálogo perpetuo.

Su imaginario, a la vez exuberante y enigmático, desafía las lecturas tradicionales del cuerpo y del espacio, transformando cada encuadre en un juego perceptual donde la gravedad se distorsiona y la identidad de los sujetos se vuelve evanescente.

Sassen despliega un repertorio de estrategias visuales que desestabilizan las jerarquías convencionales de la imagen fotográfica. La fragmentación de las extremidades, la fusión de cuerpos en patrones bidimensionales y la superposición de texturas convierten sus composiciones en un palimpsesto de formas en constante mutación.


Viviane Sassen: «Ilusión y forma en la fotografía». La artista holandesa rompe los límites entre el arte y la moda con un juego visual de color, forma y abstracción.
En su universo, las sombras no son meros vestigios de una presencia, sino protagonistas activas que dialogan con los modelos y los objetos, sugiriendo una narrativa subyacente de desdoblamiento y ocultamiento. Los espejos, las paredes falsas y los bloques de color denso operan como trampas ópticas que invitan al espectador a cuestionar la solidez del espacio representado.


Este juego de ilusionismo visual y deconstructivismo estético no es gratuito: Sassen transita con maestría por el umbral entre la moda y el arte, un territorio donde la imagen fotográfica se emancipa de su función publicitaria para convertirse en un enigma en sí misma. A diferencia de la fotografía de moda tradicional, en la que el cuerpo humano es el vehículo para una narrativa de deseo o glamour, su obra despoja a los modelos de su individualidad y los transforma en signos plásticos, en elementos de una composición pictórica cuya lectura escapa a una única interpretación. Así, el cuerpo deviene fragmento, textura, geometría; una entidad mutable cuya significación está en perpetua oscilación.

La obra de Sassen encuentra ecos en la tradición de la fotografía experimental, desde las composiciones geométricas de László Moholy-Nagy hasta los juegos ópticos del surrealismo.
Sin embargo, su lenguaje es inequívocamente contemporáneo, anclado en la era de la imagen digital, donde la percepción misma se ve constantemente cuestionada. A través de su mirada, lo táctil y lo ilusorio se entrelazan en una danza que subvierte nuestra comprensión del espacio y del cuerpo. La experiencia de observar sus fotografías es similar a la de una alucinación hipnagógica: esas imágenes fugaces que emergen en la frontera entre la vigilia y el sueño, donde la lógica se suspende y la realidad se descompone en destellos de color y formas etéreas.


La exposición en The Photographers’ Gallery de Londres supuso un reconocimiento tardío pero fundamental para su trabajo, que, a pesar de su impacto en el mundo de la moda, ha sido relegado con frecuencia a una categoría secundaria dentro del ámbito artístico. Como bien señala la curadora Anna Dannemann, la obra de Sassen es de aquellas que persisten en la retina aún con los ojos cerrados.
Es un testimonio de la potencia de la imagen fotográfica como un arte de percepción, un juego de seducción visual que no se agota en la superficie, sino que se infiltra en las profundidades del inconsciente.

Más que una simple exhibición retrospectiva, este evento supone una afirmación de la fotografía de Sassen como un cuerpo de obra que trasciende lo efímero de la moda para situarse en el terreno de lo perdurable. Es, en definitiva, una invitación a perderse en un universo donde la luz y la sombra, la presencia y la ausencia, la materia y la ilusión se conjugan en un espectáculo visual que desafía las leyes de la percepción y redefine la relación entre el espectador y la imagen.
En un mundo saturado de imágenes, Sassen nos recuerda que la fotografía aún posee el poder de sorprender, de desorientar y, sobre todo, de perdurar más allá del instante
Viviane Sassen: «Ilusión y forma en la fotografía». Por Mónica Cascanueces.