Narradora de lo oculto, lo cíclico y lo transformador.
Patricia Ariel: «Alquimia visual entre lo figurativo y lo metafísico». Esta artista brasileña nacida en Río de Janeiro en 1970, se revela como una creadora que habita los intersticios entre lo tangible y lo onírico, entre lo que el ojo percibe y aquello que la intuición descifra en los pliegues de la existencia.
Su formación académica, cimentada en una Licenciatura en Educación Artística con especialización en Historia del Arte, no solo le ha otorgado un rigor técnico notable, sino que le ha permitido construir un lenguaje visual profundamente informado, cargado de matices y referencias que dialogan con diversas tradiciones artísticas y espirituales.

El universo de Patricia es, ante todo, una cartografía de lo visionario. Su labor se inscribe dentro de las coordenadas del arte figurativo, pero lejos de limitarse a la mera representación mimética, ella lo disuelve y lo potencia mediante la integración de elementos abstractos de filiación geométrica y expresionista. Este mestizaje estético no es azaroso, sino que responde a una búsqueda consciente de transitar territorios simbólicos donde lo racional y lo irracional, lo físico y lo metafísico, se entrelazan de forma orgánica.

Patricia Ariel: «Alquimia visual entre lo figurativo y lo metafísico». Entre el trazo preciso y el misterio ancestral
Su elección por el lápiz como medio principal no es casual ni meramente técnica. En sus manos, el lápiz adquiere la condición de herramienta alquímica: grafito que, más que delinear, invoca. Con él, Patricia no solo traza contornos sino que esculpe atmósferas, evoca silencios y sugiere tensiones invisibles. La precisión milimétrica de sus líneas se ve complementada por una carga emocional que emana de sus figuras, dotando a cada obra de una densidad sensorial que trasciende la bidimensionalidad del soporte.

El repertorio de referencias que nutre su obra es amplio y, al mismo tiempo, armónicamente integrado. Desde la delicadeza del teatro y la danza —donde el cuerpo se convierte en lenguaje— hasta las líneas sinuosas del Art Nouveau y el Jugendstil, pasando por la potencia gráfica del Arte Pop y la profundidad introspectiva del simbolismo oculto, el Tarot, la Astrología y la metafísica, Patricia convoca un crisol de saberes y estéticas que enriquecen su discurso visual. No obstante, lejos de quedarse en la cita superficial o en el pastiche, la artista reinterpreta estas influencias bajo una mirada personalísima, otorgándoles un sentido renovado y, sobre todo, profundamente actual.

De lo visible a lo invisible: la poética visual de Patricia
El eje temático que vertebra su obra es, sin duda, la condición humana en su estado de permanente transformación. Sus composiciones abordan la dualidad inherente al ser humano, la fragilidad de las transiciones vitales y la ambigüedad de los estados liminales entre la vigilia y el sueño.
Esta preocupación por la frontera entre lo visible y lo invisible se manifiesta de forma recurrente en su tratamiento de la figura femenina, que ocupa un lugar central en su imaginario. Para Patricia, lo femenino no es solo una categoría estética o biológica, sino la encarnación de un principio universal que guarda el misterio de la existencia misma.
Sus mujeres, a menudo representadas en estados de trance, metamorfosis o introspección, son símbolos de lo cíclico, de la regeneración y del vínculo íntimo entre la naturaleza y el ser.

Otro rasgo distintivo de su obra es la capacidad de generar una resonancia emocional inmediata. Cada trazo parece contener un enigma, una pregunta sin respuesta o una verdad a medio revelar. El espectador, al enfrentarse a sus piezas, se encuentra ante una invitación tácita a transitar esos mismos estados intermedios, a adentrarse en sus propios umbrales internos, donde los sueños, las emociones y la espiritualidad dialogan sin las restricciones del lenguaje lógico.
En definitiva, la obra de Patricia se erige como una propuesta estética y filosófica que desborda las categorías convencionales del arte contemporáneo. Su universo es, simultáneamente, íntimo y colectivo, atemporal y profundamente anclado en la sensibilidad actual, donde la necesidad de reencantar el mundo se presenta como una urgencia silenciosa. Con una maestría técnica impecable y una sensibilidad que rehúye lo obvio, Patricia nos recuerda que el arte, cuando es auténtico, no solo representa, sino que transforma.
Patricia Ariel: «Alquimia visual entre lo figurativo y lo metafísico». Por Mónica Cascanueces.