Publicado por la editorial La Imprenta, el libro atraviesa la experiencia de liberación vital de la autora a través de una nueva concepción de sí misma apoyada en la imagen de la mujer independiente.
‘Ciudad de los otros’ poemario de Celia Bsoul. Es un poemario de vulnerabilidad, de lucha interior y también de sosiego y recogimiento. Esa lectura que hace que se cierre el mundo, se apaguen las luces de la vida y solo escuches una voz tocándote el alma. Susurrándote bien cerquita.
«Un día Celia Bsoul coge un bolígrafo y construye una ciudad apabullante. La llena de gente, de prisas, de ruido; la llena de rincones minúsculos frente a los rascacielos y de grietas por las que, como decía aquel, se cuela la luz; la llena de edificios y de pájaros que vuelan entre los edificios. Es una ciudad en gerundio. Es una ciudad convocada a la ruina. Es una ciudad que es ella misma.
Y se llena de otros».
“Una ciudad que es ella misma… una ciudad que se llena de otros… una ciudad que es de otros, pero que no es de ella misma; es de otros, de todos, de nadie. Mucho menos de ella. La ciudad de Celia ha sido durante mucho tiempo la mía, quizá la de todos, convocada a la ruina, habitada por otros que no la cuidan, que la pisotean, que apagan sus colillas en sus paredes, que no la recogen, que la abandonan sin más. La ciudad de otros, de todos y de nadie, es ahora mía, y solo mía. La comparto con quien quiero, y cuando quiero. La cuido y la limpio. No hay basura”,
«Celia es la arquitecta de sí misma. Sin miedo a los cascotes futuros, levanta la ciudad (se levanta).

Un día —y otro día, y otro día, y otro día— Celia Bsoul coge un bolígrafo, construye una ciudad apabullante, llegan los otros, la demuelen y se queda a la intemperie. A la intemperie en las ruinas de la ciudad que es ella. A la intemperie dentro de sí misma».
«Celia decide habitar esa intemperie para reconocerla. Dibuja sus texturas para enfrentarla. La recorre de arriba a abajo para entender. Camina por la estepa aterida de ruina y cascote y, en su soledad demolida, vuelven a voces los otros —esta vez bajo la siniestra forma de pasado— para no dejarla en paz».
«Atraviesa el frío y se hace experta en esa forma concreta de intemperie y deja miguitas de pan para que, quienes caigan en esa destrucción gélida, tengan a dónde agarrarse y sepan que antes de ruinas hubo ciudades y piensen en que las ciudades de otros también tenían nombre antes y vean con sus propios ojos los pájaros que no están».
«Para aprender a volar solo hacen falta un par de manos, dice Celia. Si hay calles, hay ciudad, decimos. […] Una ciudad, en fin, que no es la de las ruinas ni la de los otros pero que es la misma ciudad que es Celia habitada, ahora sí, por Celia y dejando todos los finales abiertos».
«Y, ahora sí, ha llegado usted hasta las puertas de la ciudad. Adéntrese. Le espera, al otro lado del umbral, la loca y su equipaje de grietas. Déjese llevar. Igual sale, quién sabe, siendo también una ciudad».
Y quienes alguna vez fuimos una ciudad de otros, una ciudad en ruinas, sonreímos —seguro que no fui yo sola — y ahí seguimos, con un pedacito de estas palabras resonándonos en el alma y pensando qué bien está quedando la obra de reconstrucción, con las grietas ya cubiertas de amor propio, las paredes pintadas de alegría y las ventanas abiertas para que entre aire fresco.
El acto continúa como solo una presentación de un poemario de Celia Bsoul podría ser: con poca luz externa pero con demasiada interna, cargada de ritmo, versos, danzas mudas que evocan dichos versos, canciones de amigos y la música del corazón de todos los presentes que la aprecian.
Maravilla la poesía que nos toca, la que no lleva grandes florituras lingüísticas pero es capaz de adentrarse en las entrañas de la gente de a pie. Tender la poesía como una sábana al fresco para airear tus miedos, tus inseguridades, tus ruinas, que no son solo tuyas sino de todos.
‘Ciudad de los otros’ poemario de Celia Bsoul.