Las obras de Santiago Ydáñez siempre están cargadas de expresividad y de tensión y, su pincelada está llena de vida.
Santiago Ydáñez, donde primen los gestos. Las características conceptuales y formales de la obra de Santiago Ydáñez entran en contacto con un contexto diferente, como explica la comisaria María Jesús Martínez Silvente:
«La vida y la muerte, lo humano y lo animal, lo religioso y lo profano, lo carnal y lo espiritual, se presentan a través de una iconografía autóctona, proporcionando a las obras expuestas un aspecto de identidad propia».



Cada obra encierra más de un sentimiento, ya sea dolor, placer, nostalgia o éxtasis, el fin es que primen los gestos. Muecas, gestos, expresiones, en ocasiones actitudes forzadas, perspectivas teatrales o primeros planos de una fuerza y una contundencia rotunda.

Sin embargo, si algo realmente identifica la pintura del jienense es la rapidez en la pincelada, de cuya velocidad quedan impregnadas las pinturas, produciéndose una suerte de contrapunto, sobre todo en los retratos: tomas estáticas, tranquilas, como fotos de carnet, que a su vez están llenas de vivacidad. Una versatilidad capaz de crear efectos y escenas de gran impacto visual en géneros tan dispares como el retrato o el paisaje.

Su imaginario esta cargado de recuerdos de su infancia en torno a la naturaleza y el costumbrismo de la vida rural, junto con referencias a la historia del arte y a la historia de la humanidad. A menudo su obra esconde mensajes éticos y políticos.



Pintor de temática clásica, su trabajo es reconocido por la expresividad de la que dota a sus animales, personas e imaginería religiosa. Resuelve sus obras en sesiones de trabajo rápidas captando lo esencial, a través de una pincelada amplia, expresiva y muy enérgica, sus piezas se caracterizan por el uso de una paleta de colores reducida próxima al blanco y negro.

La obra pictórica de Santiago Ydáñez aborda temas monográficos en relación con la expresión del cuerpo y, fundamentalmente, de la mirada. En sus trabajos aparece siempre un diálogo entre la naturaleza fetichista del voyeur y la crédula ingenuidad del devoto. Tras sus pinturas hay siempre una minuciosa investigación con frecuentes referencias a grandes maestros de la historia del arte.
Santiago Ydáñez, donde primen los gestos. Por María Jesús Martínez Silvente