La regla crítica: La verdad es que, si lo analizamos desde un punto de vista que pretenda mejorar la comercialización de un producto y que busque la belleza sin importarle la confusión y la usurpación poética, tengo que reconocer que es un acierto eso de llamar metaverso a un universo que está más allá del que nosotros conocemos.
Polen de manzana prohibida. Yo, sin embargo, me acerco más a la idea de ver la palabra meta como el fin al que se dirigen las acciones o deseos de alguien, y verso como la unidad básica de un poema, por lo cual yo veo en la palabra metaverso una clara referencia al final de la poesía, a su muerte y al asesinato de su ritmo y medida, con la concurrencia de unas cinco agravantes más o menos. Y lo digo así por eso de anticiparme y facilitar la rima a las mentes malpensadas.
Aunque, ahora que lo pienso, tampoco está tan mal eso de llamarle metaverso, porque meta podría ser la tercera persona del presente subjuntivo del verbo meter y no debemos olvidar que este modo verbal, la mayoría de las veces, indica una acción posible, o deseada, o dudosa, o probable, o relativa, o hipotética, sin ser patética.
O sea que, si conjugamos el verbo meter y lo enjuagamos con la versión poética del verso, resultaría que el metaverso sería una referencia oculta al famoso dicho, rancio y casposo, de prometer / antes de meter / y una vez metido / nada de lo prometido. En rima consonante, por supuesto, con todas las letras y todas las de la Ley.
Y es que los liantes mezclan tu inocencia con su polen de manzana prohibida y te la lían con papel de liar, para fumarte y esfumarse entre el humo de su protervo petaverso. Con lo fácil que hubiera sido llamarle Virtual Reality, o LifeGame, o Full Equip, o Life Station, o C3PO, o R2D2, o VIBRA (Virtual Brain), pero no, no se trataba sólo de ponerle un nombre, ni de ponerse una gafitas para sentir que eres tú quien le está rajando la oreja a Van Gogh, ni de darle a un botoncito para que los bisontes de Altamira resuciten y ocupen el sitio de las Meninas, mientras Botero alarga sus figuras al estilo Greco.
El problema está en que existe la posibilidad de un megacontrol por culpa de la megaconexión porque, para poder controlar, primero hay que vigilar y siempre será más fácil hacerlo si se consigue que tú te lo pases de puta madre mientras ellos te espían y juegan con el anverso y reverso de cualquier moneda.
La Inteligencia Artificial, por ser superficial, jamás conseguirá razonar como lo hacen los seres humanos, pero esto a nosotros debería importarnos un carajo porque lo fundamental es saber aprovechar y
optimizar todos los avances conseguidos.
Polen de manzana prohibida. La regla crítica: texto / imagen por Carlos Penas.
La regla crítica es un diálogo transversal entre las artes y miradas asombradas, inquietantes e incluso irrespetuosas, conocedoras del poder de la imaginación en la creación de identidades.