El ser humano es un sujeto moral y el territorio en el que se mueve es el de la ética: allí donde somos capaces de distinguir el bien del mal.
Si el feminismo es ante todo una postura ética. ¿Por qué no dedicarle un dossier a los principales debates contemporáneos alrededor de este tema? Gustavo Ortiz Millán nos guía y nos introduce al tema. Nos plantea “Si pensamos que la ética tiene como uno de sus objetivos decirnos cómo deberíamos vivir, justificar cómo deberíamos actuar y cómo debería ser una sociedad justa para hombres y mujeres, entonces el feminismo es básicamente una teoría ética”.
Este es su punto de partida para presentarnos los trabajos recientes de Alison M. Jaggar con un artículo donde nos explica el largo camino de la inclusión de las mujeres en la teoría ética y, nos recuerda por qué la ética está en deuda con las mujeres. A este primer acercamiento le sigue la bioética, un texto de Susan Sherwin en el que hace un recuento de las principales teorías éticas impulsadas por pensadoras feministas, frente a las cuales tiene siempre una visión crítica.
Este es un número dedicado principalmente a la ética, a la ética feminista. La ética y su relación con las ciencias de la vida: he ahí el campo de la bioética. Una mirada feminista ante estos hechos es imprescindible y más que pertinente.
Nos dice. “La ética feminista propone que, cuando emprendemos una deliberación moral, no basta con calcular las utilidades o seguir una serie de principios morales. (…) Las prácticas que aumentan la felicidad o protegen derechos de un grupo dominante a expensas de un grupo oprimido no pueden considerarse aceptables en términos morales”.
¿Cuál es la relación entre neurociencia y género?
Ortiz Millán escribe su propio texto sobre la diversidad de las posturas de la ética feminista y su mirada hacia el tema del aborto. Arleen Salles nos habla del entrecruzamiento de feminismo y neuroética: esta estudia los alcances de la neurociencia. ¿Sabíamos que el neurosexismo es la tendencia de algunos científicos a encontrar factores biológicos que a la larga refuerzan los estereotipos de género?
Luego nos llega Lizbeth Sagols con un artículo sobre ecofeminismo, tan de actualidad. El patriarcado, nos advierte, es un sistema que impone la lógica de dominación hacia todos los seres que no son fuertes, poderosos ni dominantes, incluida la naturaleza. Todos conformamos la vida, todos estamos en interacción: valemos lo mismo pero no somos lo mismo…
La ética implica, nos dice, la exclusión de toda forma de dominio que permita hacer extensiva la igualdad. Continuamos con un interesante y profundo artículo de María Pía Lara en el que aporta algunos argumentos teóricos y críticos acerca de la relación entre feminismo y ecología.
“Es una reflexión política y moral acerca de las crisis contemporáneas para luego problematizar las formas en que estas crisis impactan en las mujeres en relación con el capitalismo y la ecología”.
Su punto de partida, no podía ser de otra manera, es Nancy Fraser, y la forma en que esta soluciona el problema de quién es responsable y el por qué de la pobreza global en sus tres dimensiones: redistribución, reconocimiento y representación política. Cierra el dossier el artículo de Rodolfo Vázquez en una defensa a fondo de los derechos de las mujeres, tomando como eje el tema de la despenalización del aborto. Hace una revisión de las posturas éticas alrededor de este tema —desde el racionalismo— y argumenta que no hay bases científicas que puedan sostener la primacía del derecho del embrión por sobre los derechos de las mujer.
Por dónde anda el debate feminista en torno a asuntos tan relevantes como la ética y la moral.
Seguimos desde la teoría, con un artículo de Cecilia Macón, Género, afectos y política (Lauren Berlant y la irrupción de un dilema). Aquí la autora nos quiere hablar del giro afectivo y su vinculación con el giro lingüístico, desde una mirada feminista, a través de una revisión del texto de Lauren Berlant “El corazón de la nación”, único texto disponible en castellano perteneciente al denominado “giro afectivo”. “Los afectos, nos sitúa, son elementos clave a la hora de evaluar la política”. ¿Qué es el giro afectivo? ¿cuáles son sus orígenes dentro de la teoría de género? ¿Cómo se sitúa Berlant frente a este tema y como problematiza la cuestión del giro afectivo? ¿Cuáles son las áreas en las que este giro afectivo está teniendo más impacto?
La autora nos lleva de la mano por algunas de las principales teorías éticas del feminismo (Young, Nussbaum, Guillighan, Mouffe y otras), en claro enfrentamiento con algunas de ellas, sobre todo frente a Caroll Guillighan y Chantal Mouffe cuando encuentran en las emociones el origen de comportamientos más auténticos que los basados en estrategias racionales.
Lauren Berlant, según nos refiere la autora, logra identificar en ciertos afectos una suerte de operación ideológica tendiente a refrendar la desigualdad… Los afectos, nos dice, deben ser estudiados por la política desde un punto de vista crítico atendiendo a la posibilidad de que algunos de ellos sean conservadores y otros progresistas.
Berlant argumenta en su obra “El corazón de la nación”, sobre la intensa relación entre la elaboración de los mundos políticos y las emociones como experiencias de articulación entre lo nacional y lo identitario (véase el prólogo a la obra, de Rossana Reguillo). Se trata de tres artículos en los que Berlant indaga con una mirada crítica sobre lo que llama “el sentimentalismo nacional”.
El sentimentalismo “ha sido el medio por el cual se propone el dolor masivo subalterno en la esfera pública como el verdadero núcleo de la colectividad nacional”.
Aquí Berlant entra de lleno al debate sobre la retórica antiabortista y la transformación del feto en mercancía política. El siguiente artículo de Berlant que analiza Macón se trata de hitos de la cultura popular norteamericana, donde la autora analizada asegura que “las estrategias de humanización del sentimentalismo siempre trafican con clichés, con la reproducción de una persona como cosa”.
Las pretensiones de universalidad del dolor, nos sugiere Macón, se constituyen en el trasfondo clave para que la heteronormatividad ejerza todo su poder.
El tercer artículo es una reflexión sobre el cine de los hermanos Dardenne y sobre el modo en que el sentimentalismo —entendido como creencia en el progreso, resulta en la propia infelicidad de los protagonistas de las películas que revisa (Rosetta y La promesa). El artículo de Macón es de una alta complejidad en cuanto hace su propio análisis y crítica, a la vez que presenta su eficaz diálogo con Lauren Berlant. Aconsejamos un ambiente sereno para su lectura.
En la siguiente sección “Recordando a Monsiváis”, Hortensia Moreno nos deleita con un bellísimo artículo sobre el libro “Misógino feminista”, editado por DEBATE FEMINISTA en complicidad con la editorial Océano. El libro, como ustedes ya saben, es una recopilación de textos de Carlos Monsiváis, artículos todos de una profunda devoción intelectual y feminista.
El texto que nos regala Moreno es disfrutable en su generosidad, en su cotidiana y amorosa manera de referirse a los escritos de Monsi y a su manera de trabajar, de escribir, de publicar y cómo no, de convertirse en una autoridad imprescindible en un sin fin de materias: erudito, historiador, estudioso nos dice Hortensia. Hortensia nos recuerda el placer de leer a Monsiváis, de entrar en su mundo de inteligencia, humor, sabiduría, perspicacia. Todo en un camino ineludible hacia la inmortalidad.
En la sección “Desde El Salvador”, Dora Cardacci nos cuenta, con el compromiso que siempre la define, la lucha por los derechos de Beatriz: joven campesina salvadoreña que en marzo de 2013 solicitó la interrupción de su embarazo. ¿Cuáles eran las circunstancias? Ella sufría lupus eritematoso discorde (enfermedad crónica, autoinmune) con un feto que sufría a su vez de anancefalia, lo cual haría imposible su vida fuera del útero materno.
Cardaci nos relata con detalle cómo se fueron dando las negociaciones para lograr finalmente la interrupción del embarazo de Beatriz, aun con el apoyo de la más alta instancia del Ministerio de Salud Salvadoreño, todo ello regado por grandes tensiones entre las organizaciones sociales, los grupos llamados pro vida y la jerarquía eclesiástica.
Cardaci no deja de lado reflexionar también sobre el comportamiento de la medicina hegemónica en el recorrido —arduo por demás— que tuvo que padecer Beatriz para no morir a causa de las consecuencias que este embarazo estaba ocasionándole. Este recorrido por los itinerarios terapéuticos dice Cardaci: “permite ver que detrás de la racionalidad biomédica operaron criterios sociales e ideológicos disfrazados de decisiones técnico científicas.
En “Desde la investigación”, tenemos en este número a Rodrigo Parrini y Ana Amuchástegui, con la nueva publicación de su artículo “Transgresiones normalizadas: consumo, mercado y sexualidad en México”. Los autores nos proponen dejar a un lado, por el momento, la tríada reguladora de la sexualidad en México (la familia, la Iglesia y el Estado) y situar la mirada en otro dos “centrales en la producción y regulación de la sexualidad hoy que son el mercado y los medios de comunicación.
Hablamos nada más ni nada menos que de consumo sexual. ¿Qué es?
Nos dicen que se trata de una práctica significant que motiva una producción especifica de la subjetividad, vinculada a ciertas prácticas que tienen que ver con el discurso, lo que permite una articulación entre mercado y sexualidad. ¿Cuáles han sido hasta el momento los discursos de la sexualidad en México? ¿qué relación tienen con el sistema significante dominante?
Ana Amuchástegui y Rodrigo Parrini realizaron 30 entrevistas en profundidad realizadas a hombres homo y bisexuales, y con mujeres heterosexuales, trans y lesbianas, en el ámbito de la ciudad de México en 2010, con el propósito de explorar ciertas prácticas de consumo sexual. También se llevaron a cabo sesiones de observación participante en tiendas en las que se venden productos sexuales, incluyendo sex shops, tiendas y mercados naturistas.
También se monitoreó la publicidad en televisión abierta, internet y materiales impresos. El resultado es un interesante y colorido recorrido por diversas prácticas y la manera en que estas se llevan al terreno discursivo: qué se hace, cómo se hace y sobre todo, cómo se cuenta lo que se hace (sean o no vividas de manera transgresora) todo ello en un entorno determinado, rodeado de significantesy significados que ponen valor o lo quitan a lo que se está narrando, en este caso, todas ellas experiencias relacionadas con su sexualidad. El lenguaje del sexo, nos dicen los autores, y sus prácticas se entrecruza con el lenguaje de la rapidez del consumo y de los servicios.
“El cuerpo, que aparece, en alguna medida, como el último reducto para que el sujeto despliegue sus fantasía, ausentándose y despojándose de sí mismo, surge como una superficie que permite momentos diferenciados de satisfacción”. Una de las secciones del artículo “¿Qué es un vibrador? Objetos, sexualidad y deseo?narra la relación de los entrevistados con “los objetos”, reconociendo que el mercado provee artículos a los consumidores pero que a su vez, el consumidor sexualiza objetos que no han sido diseñadores para fines eróticos. Transgresión, sexo, consumo, deseo, mercado y lenguaje. Elementos todos de este infinito devenir y buscar del ser humano hacia una satisfacción que, por lo que parece, es casi imposible.
¿Quién es Lulú? Lulú es una niña pequeña, nacida en Argentina, cuyo recorrido identitario ocupa la sección “Desde lo trans”. Lulú nace con genitales masculinos pero es niña. Se reconoce como tal y se vive como tal. Nunca dice “quiero ser niña”; dice “Soy niña”.
El dilema se plantea a la hora de socializarla (la escuela, el patio, los juegos) y a la hora de identificarla (con una credencial oficial), en la que hasta el momento aparece su nombre de niño. Lulú tiene otra particularidad: tiene un hermano gemelo, eterno reflejo de quien ella no quiere ser. Ahí está su igual, pero ella es diferente. Quiere tener un nombre propio y elegido (Lulú) y no uno impuesto en concordancia con su anatomía.
La lucha de la madre comienza; las visitas a los psicólogos que no consiguen salir de su modelo de heteronormatividad y le aconsejan las más variadas soluciones para que el niño vuelva al redil. Ilusión imposible. Lulú ya vive y no es posible ocultarla. Este es el relato de una lucha, y de una victoria, de unas persistentes ganas y deseos de existir, de alguien que mira el mundo y no entiende qué pasa, y de por qué aun desde su corta edad, esta niña de seis años puede dar lecciones de supervivencia a quienes quieran escucharla.
Hacemos un paréntesis para celebrar a Elena Poniatowska, desde la voz de Juan Villoro que habla de ella con una amorosa pasión, recordándonos quién es, por qué es tan grande, en un texto que construye alrededor de ese extraordinario don de Poniatowska que es el saber escuchar. Poco queda para decir sobre este texto bellísimo y exacto de Juan Villoro. Sueña Villoro con un encuentro entre Poniatowska y el Quijote, y concluye “Ninguna bibliografía contiene de forma tan extensa la sinceridad ajena”. Final.
Nuestro capítulo “Desde las Leyes”nos trae dos artículos. El primero, del Ministro Cossío Díaz en colaboración con la Secretaria Luz Helena Orozco y Villa y sobre “El derecho como constructor de estereotipos de género; el caso de la regla de preferencia maternal en la custodia de menores”. El segundo, es de Carmen Herrera y Bernard Duhaime, “La pobreza de las mujeres indígenas en México. Una intersección de discriminaciones en las políticas de Estado”.
El texto del Ministro Cossío tiene el objeto de cuestionar la constitucionalidad del artículo 282 del Código Civil del Distrito Federal (así como disposiciones similares de otras entidades federativas), considerando que esta norma propicia los estereotipos ligados al género cuando considera que los menores de doce años, en los casos de separación o de divorcio de los padres, deban convivir, por regla, con su madre. Dicen los autores que esta disposición vulnera tanto el interés superior del menor como el principio de igualdad, ya que se trataría de justificar una norma que se apoya en prejuicios. Según estos argumentos, otra deseable formulación de esta norma, de tipo neutral, permitiría atender la diversidad de los núcleos familiares que se dan hoy en día en la realidad social de nuestro país, privilegiando el vínculo de cuidador primario/menor sin ideas preconcebidas sobre los roles de hombres y mujeres.
Sobre el artículo que sigue, en esta sección que viene “Desde las leyes”, sus autores, Carmen Herrera y Bernard Duhaime realizan una llamada a que las políticas dirigidas a paliar la pobreza de las mujeres indígenas en México, tengan en consideración “las múltiples formas de discriminación que enfrentan estas y el impacto que a la intersección de las mismas tiene en las propias mujeres”. Por otro lado realizan una interesante y oportuna crítica a la política más importante contra la pobreza en México: el Programa Oportunidades. Nos advierten que este programa ignora en su diseño e implementación la realidad de las indígenas, y sus obligaciones como Estado, incentivando la reproducción y continuidad de las diferentes formas de discriminación que se producen sobre ellas.
Adoptan como marco una perspectiva interseccional que les permite, de manera más realista, tratar de entender cómo las diversas opresiones y discriminaciones que sufren las indígenas en México se cruzan —o intersectan— y crean una nueva forma de opresión que se diferencia de cada forma de discriminación tomada de manera individual. Destacado análisis que nos permite profundizar en el mar de opresiones que es la vida cotidiana de estas mujeres.
En “Desde la educación”, saltamos de continente y nos vamos a la madre patria. Sus tres autores, Miguel Angel López Sáez, Gerardo Echeita Sarrionandia e Ignacio Montero García-Celay nos toman de la mano y nos llevan de paseo al sistema educativo español y sus libros de texto… ¿cómo se tratan en el sistema educativo español las diversidades afectivo-sexuales? ¿es sistemáticamente heteronormativo? ¿cómo resuelven esto los libros de texto?
Bien fundamentados, con tablas y fotos (que no pudieron incorporarse por que al provenir de los propios libros de texto su definición era escasa y su reproducción de dudosa calidad). Nos avisan que la mayoría de textos que revisaron tienen su origen en editoriales que no ofrecen contenidos escritos sobre la “orientación sexual” (heterosexual, se entiende), muchas ni siquiera lo ilustran, no proponen actividades. Algunas de las frases que hemos destacado (provenientes de estos textos) son, por ejemplo: “aunque la sexualidad tiene una función beneficiosa para el desarrollo personal, la práctica inconsciente y caprichosa puede implicar una serie de consecuencias negativas…” o “las relaciones sexuales comportan riesgos de dos tipos…
“En fin, esto sigue y sigue. Es un estudio interesante para un país que consiguió altísimas cotas de igualdad normativa, que llegó a tener una materia en la currícula escolar como lo es “Educación para la ciudadanía” que fue, en algunas circunstancias puntera para la formación de ciudadanos conscientes de su pertenencia a una sociedad plural democrática y profundamente diversa. Un momento de silencio nos llega de pronto con un breve obituario en tono de respetuosa sonrisa, dedicado a Marinella Miano.
En la sección “Lecturas”, tres son reseñas del breve y estimulante libro de Aline Davidoff “El sueño correctivo”. Es la historia de Laura, mujer que se construye, mujer en construcción, autónoma, dudosa, débil por momentos y en otros, con una mirada hacia su propia vida digna y poderosa.
Laura es una mujer que busca ser encontrada, pero la que encuentra es ella, respuestas sobre todo, pero ahí está la clave. Quiere que la encuentren y encuentra ella. Cada una de las reseñas es diferente y destaca del libro algo diferente, tienen visiones de la escritora, de las protagonistas muy diversas y esto enriquece la mirada que nos lleva a una situación de poliedro: caras que reflejan distintas caras de la misma realidad. Suman y dan más que el todo. Ninguna vale más que la otra. Allí quedan para lograr una posible unidad: Elena Poniatowska, Joaquín-Armando Chacón y Benjamín Mayer Foulkes.
Dentro de esta misma sección, tenemos la reseña del libro coordinado por Laura Pautassi y Carla Zibecchi “Las fronteras del cuidado. Agenda, derechos e infraestructura”. La obra es una compilación de trabajos de una veintena de autoras que nos permite conocer, a través de su lectura, cuál es la situación en materia de cuidado, cuál es la agenda, cuáles los principales avances y cuáles los desafíos que nos quedan por delante. Cerrando el capítulo “Lecturas” tenemos el libro de Margarita del Carmen Zárate Vidal, “Resistencias en movimiento de dignidad, deseo y emociones”.
La historia de las mujeres en México planteada como un mosaico de resistencias, difíciles de asir, porque están en cambio y en movimiento. Dónde están las mujeres en los movimientos sociales, cómo verlas, es uno de los objetivos de este recorrido de Zárate Vidal.
La reseña, hecha por Fernanda Nuñez, con una mirada desde la academia, es a su vez, una propuesta que nos permite esbozar una idea de la riqueza de la temática y de lo importante que es darle, a la historia de las luchas de las mujeres en nuestro país, cabida en nuestras mentes y en nuestras bibliotecas.
Y sin faltar nunca a la cita: “el argüende” de Jesusa Rodriguez, que no es otra cosa que una clase sobre sexo, aborto y erotismo. Sobran comentarios, pero es necesario leerlo e imaginarlo para disfrutarlo por completo. Seguido, y como colofón (last but not least) la letra y música de Socorro Rosa, con la presencia también imprescindible de Liliana Felipe.
Eso es todo, 49
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