Psicodelia multi-colorista y popera en muchos aspectos, pero totalmente pegadiza para la ocasión, enmarcando momentos de cierto aspecto indie pero siempre bajo ese decorado caleidoscópico.
El noise-pop bullicioso del cuarteto de Austin Daiistar. Agazapados bajo ese heavy psych atmosférico de ciertas texturas shoegaze que en muchos casos nos aporta el roster de Fuzz Club, y sus muchas conexiones con la zona de Austin y sus sesiones en Levitation, referente del género sin duda, “Good Time” es el bautizo de este cuarteto tejano.
Canciones en su mayoría cortas y emocionales, de media entre los 2 y 3 minutos en los que Daiistar nos empapa de ese fuzz reverberante cargado de muchísimas melodías atmosféricas como principal atractivo de “Good Time”.
De esto evidentemente se encarga un tipo como es Alex Capistran, con sus peculiares voces cargados de esos sonidos en eco y una característica forma de llevar su guitarra. Los cuatro componentes los acaban completando la bajista Misti Hamrick, el teclista Derek Strahan y el batería Nick Cornetti.
El noise-pop bullicioso del cuarteto de Austin Daiistar. La banda se forma una semana antes de entrar en el conflicto pandémico y la concepción de estas canciones fueron la guía espiritual del cuarteto con ese rayo de luz que aportaban en tiempos tan oscuros.
La intención de la banda no es otra que inyectar esa incandescencia de “Good Time” hacía las emociones del oyente, meterte hasta el tuétano de su debut y entender el significado del mismo que deja un claro mensaje desde esas propias melodías, muy inspiradas en la parte más psicodélica y alternativa de los 80 y 90, como bien expresan los propios norteamericanos.
Para este la aportación de sintetizadores modulan ese sonido heavy psych de Daiistar totalmente atrayente desde el primer minuto. La colección de canciones disponible en “Good Time”, nos deja un reguero de ganchos que nos meten en ese vórtice alucinógeno haciéndonos flotar en medio de una espiral utópica y ese noise narcótico como nuevo giro de tuerca entre las muchas disipaciones sonoras de Daiistar.
Los de Austin se rodean de todos esos elementos del género, con esa cantidad de efectos al mástil de 6 cuerdas, el uso constante de pedales, y ese equilibrio entre la definición del sintetizador, fluctuando en sus muchas tonalidades.
El uso de drones es otra vuelta más en las ecuaciones de Daiistar, culminando así un estreno muy interesante, para flotar entre esa disonancia que encuerda las partes más profundas de “Good Time” y las buenas vibraciones que produce en esta diversidad de estados emocionales totalmente constante.
Creando una mezcla narcótica de ruido y melodía, la banda se inspira en la era neo-psicodélica de los años 80 y 90 y la lleva al futuro con sintetizadores modulantes, guitarras pesadas, líneas de bajo que rebotan y ganchos en espiral.
«Para nosotros, estas canciones fueron un rayo de luz», dice Capistran:
«Comenzar una banda en el pico de la pandemia para algunos puede parecer inoportuno, pero para nosotros fue una forma de escapar por un momento. Había algo que esperar y mantuvimos la cabeza en el futuro. Estas canciones nos guiaron a través de algunos momentos oscuros y esperamos que puedan hacer lo mismo por ti. GOOD TIME está aquí».
El noise-pop bullicioso del cuarteto de Austin Daiistar. Por Leonardo Lee.