«El hombre unidimensional» de Herbert Marcuse es un análisis de las sociedades occidentales que, bajo un disfraz pseudodemocrático, esconden una estructura totalitaria basada en la explotación del hombre por el hombre
El sociólogo y filósofo alemán Herbert Marcuse, en su libro El hombre unidimensional (1964), explica que «la función básica de los medios es desarrollar seudonecesidades de bienes y servicios fabricados por las corporaciones gigantes, atando a los individuos al carro del consumo y la pasividad política», sistemas políticos que serán caldo de cultivo del virus patógeno conocido como «autos-kratos» o autocracia.
La autocracia sería una forma de gobierno ejercida por una sola persona con un poder absoluto e ilimitado, especie de parásito endógeno de otros sistemas de gobierno (incluida la llamada democracia formal), que partiendo de una propuesta partidista elegida mediante elecciones libres, llegado al poder se metamorfosea en líder presidencialista con claros tintes totalitarios (inflexible, centralista y autoritario), lo que confirma el aforismo de Lord Acton: «El Poder tiende a corromper, y el Poder absoluto, corrompe absolutamente».
La obra se basa en dos hipótesis aparentemente contradictorias. De un lado, Marcuse afirma que la sociedad industrial avanzada es capaz de reprimir todo cambio cualitativo. Por otro lado, parece prevalecer la hipótesis que quiere que en esta sociedad existan fuerzas capaces de poner fin a la represión y de hacer explotar las mortales contradicciones que laten en su seno.
El actual sistema dominante o establishment de las sociedades occidentales utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable.
Para Marcuse, tanto los medios de comunicación como las industrias culturales socializan los valores del sistema dominante y ahogan el pensamiento crítico, creando un escenario cultural unidimensional, que propicia un pensamiento único y condiciona la conducta del individuo en la sociedad, bajo la apariencia de una conciencia feliz. De gran influencia en el momento de su publicación, El hombre unidimensional deviene hoy día una obra imprescindible para arrojar luz sobre la actual sociedad de la información.
«La aportación fundamental de Marcuse reside en el enfoque filosófico-social de esa dualidad característica de las sociedades industriales avanzadas, capaces de crear las condiciones para una nueva civilización en la cual el hombre se encuentra liberado de las limitaciones que le redujeron a sobrevivir en la penuria desde los inicios de su existencia sobre el planeta, y al mismo tiempo se encuentra cercado por una red de instrumentos de control y de represión forjados para garantizar la persistencia de un sistema de dominación.»
Gracias a la interactividad que proporcionan las redes sociales, lamentablemente ahora censuradas, se estarían rompiendo el endémico aislamiento y pasividad del individuo sumiso y acrítico de las sociedades consumistas occidentales
Sin embargo, gracias a la interactividad que proporcionan las redes sociales de Internet (el llamado Quinto Poder que enlaza y ayuda a la formación de las identidades modernas), se estarían rompiendo el endémico aislamiento y pasividad del individuo sumiso y acrítico de las sociedades consumistas occidentales (el hombre unidimensional). Estaría ya surgiendo un nuevo individuo reafirmado en una sólida conciencia crítica, sustentado en valores caídos en desuso pero presentes en nuestro código atávico como la solidaridad y la indignación colectiva ante la corrupción e injusticia imperantes y dispuesto a quebrantar las normas y las leyes impuestas por el sistema dominante, individuo multidimensional generador de un tsunami popular de denuncia del actual déficit democrático, social y de valores e instaurador del caos constructivo que terminará por diluir el opiáceo inhibidor de la conciencia crítica y el consumismo compulsivo.
Sobre el autor
Herbert Marcuse, filósofo y sociólogo alemán, fue una de las principales figuras de la Escuela de Frankfurt. Ante el creciente acoso contra los judíos, abandonó Alemania en 1933, instalándose en Estados Unidos, donde obtuvo la ciudadanía en 1940. Ejerció como profesor en las universidades de Columbia, Harvard, Brendeis y California. Referente de la izquierda, él mismo se definía como marxista, socialista y hegeliano. Falleció en Starnberg en 1979. Entre sus libros podemos destacar: Razón y revolución , Eros y civilización, Tolerancia represiva, El final de la utopía, Cultura y sociedad.
«El hombre unidimensional»de Herbert Marcuse. Por Germán López