Curiosos como somos, no hemos resistido la tentación de trastear por ChatGPT, la aplicación de inteligencia artificial que está revolucionando las redes.
Vino y ChatGPT: consultamos a la inteligencia artificial, le hemos preguntado sobre vino, planteándole algunas cuestiones de actualidad y hasta preguntándole por el futuro. Y este es el resultado
Que la inteligencia artificial formará parte de nuestras vidas ya no es algo que genere dudas, y una prueba palpable es esta aplicación de chat con la que conversar casi de cualquier cosa.
En Infomag hemos probado a plantearle algunas cuestiones sobre vino para observar sus respuestas e intentar dilucidar algo sobre sus fuentes de información. También, cómo no, para ver si pillamos al algoritmo en algún renuncio. Aquí van algunas de nuestras preguntas y un resumen de sus respuestas.
¿Qué opinas de la garnacha española y qué te parece en comparación con otras garnachas del sur de Francia o Italia?
Al consultarle esta pregunta, ChatGPT deja claro que “no tengo preferencias personales” por ser una AI “sin sentimientos ni emociones”, aunque, continúa, si puede darme información “objetiva” sobre la garnacha.
Comienza describiendo a la garnacha y explicando que se cultiva en varias regiones del mundo, y nombra Aragón, Cataluña o La Rioja como territorios españoles donde hay garnacha, para continuar con que la variedad española “produce vinos tintos de cuerpo medio a completo, con sabores a frutas rojas y negras, especias y notas terrosas”, mientras que la francesa, concretamente la del Valle del Ródano, da vinos “más ácidos y menos afrutados que los vinos españoles, y tienen un carácter más terroso”; en Italia, donde se la conoce como cannonau, considera el chat que los vinos son “ser más rústicos y menos complejos que los vinos españoles y franceses.”
Una de sus conclusiones a la pregunta es que la garnacha española es “una uva importante que produce vinos tintos llenos de sabor y carácter” destacando las variaciones por regiones. Ni rastro, en su respuesta, de las garnachas de Gredos, por ejemplo, ni de las de Priorat.
Vino y ChatGPT: consultamos a la inteligencia artificial. ¿Qué puedes decirme de cómo la inteligencia artificial puede contribuir a la viticultura?
Sigo planteándole una pregunta diferente para ver por dónde sale, y aquí su respuesta es, claro, positiva hacia la IA, de la que comenta, sin concretar demasiado, que “tiene un gran potencial para revolucionar la industria vitivinícola, desde la gestión de viñedos hasta la elaboración de vinos de alta calidad”.
Eso sí, después enumera que la AI puede ayudar a los viticultores en el proceso de datos sobre la gestión del viñedo y dar recomendaciones sobre cómo regar, vendimiar…; procesando imágenes aéreas de alta precisión para identificar enfermedades y prevenir la pérdida de cosechas; analizando datos de cultivo de variedades y dando información sobe aquellas más resistentes a enfermedades o en la elaboración de vinos, analizando datos de fermentación y evitar problemas como “la oxidación o el sabor desagradable”.
Incluso se aventura a recomendar el recurso a la IA para hacer los coupages de variedades y “conseguir vinos con un perfil de sabor específico”.
Su resumen es que sí, que la IA puede ayudar a las bodegas a tomar decisiones “más informadas y precisas” en torno al viñedo y la elaboración para mejorar el vino y “aumentar la eficiencia y rentabilidad del negocio”.
Aquí se hacía necesario preguntar si la IA pude eliminar la contribución humana al cultivo del viñedo y la elaboración del vino, y su respuesta es, claro, que no: “la contribución humana sigue siendo esencial en la viticultura y la elaboración del vino.
La experiencia y habilidad de los enólogos y viticultores son necesarias para tomar decisiones en situaciones complejas, y para garantizar la calidad y el carácter único del vino. Además, la cultura y tradición en la elaboración del vino son valores importantes para la industria y los consumidores”. Todo un alivio para los elaboradores…
Al continuar preguntándole por lo que considera un gran vino, su respuesta es que “debe tener una combinación de características sensoriales y organolépticas que lo hagan agradable al paladar y lo distingan de otros vinos” como la complejidad, el equilibrio, la armonía y la diferenciación de otros vinos, que se puede encontrar en la variedad, el terroir, la elaboración o el envejecimiento. Se queda sin concretar mucho y se echa en falta una clave como la longevidad, la capacidad del vino de perdurar en el tiempo, una cualidad que, tradicionalmente, entra en el imaginario colectivo si se habla de grandes vinos de clase mundial.
¿Cómo defines un vino natural?
Vino y ChatGPT: consultamos a la inteligencia artificial. En ocasiones se despiertan muchas dudas, y muchas incoherencias y medias verdades, en torno al vino natural, por lo que esta me parecía una buena pregunta para la AI, teniendo en cuenta que recopila datos de documentos ya escritos para gestionar y arrojar la información.
Y al contestar, su respuesta es comedida, ya que apunta, no sin razón, que la definición de vino natural “puede variar según la región y la legislación local”… y yo añadiría que según el mismo productor, pero ese es otro tema. Sí apunta una respuesta bastante adecuada hablando de vinos con “enfoque minimalista y sin aditivos químicos” y hablando de que son el resultado de agriculturas ecológicas o biodinámicas y en su elaboración se busca la mínima intervención humana.
Habla también de que prescinden de levaduras inoculadas, de la adición de sulfitos, que se limita o elimina totalmente, y de la filtración o clarificación, para concluir diciendo que “se consideran un reflejo del terroir y de la mano del viticultor” y, atención, “pueden ofrecer sabores y aromas más auténticos y distintivos que los vinos convencionales” aunque luego puntualiza para decir que “la falta de control en el proceso de elaboración puede significar que los vinos naturales sean menos consistentes en sabor y calidad que los vinos convencionales”.
De momento, las preguntas van siendo coherentes, bien redactadas y bien resumidas, así que le pido que se moje un poco dándome nombres de tres o cuatro personajes de relevancia mundial en el sector del vino en los últimos siglos, y aquí se puede apreciar que sus fuentes son, presumiblemente, estadounidenses, sobre todo: cita, por orden, a Robert Mondavi, elaborador de Napa en California, por su liderazgo en la industria del vino en Estados Unidos y su defensa de los vinos californianos de calidad.
Para regocijo de los lectores patrios, el segundo personaje que cita es Miguel Torres, a quien califica, erróneamente, de “Propietario y fundador de Bodegas Torres”.
Habla la AI de Miguel Agustín Torres Riera, actual presidente, pero no fundador de la bodega, quien comenzó a elaborar vinos con su padre, del mismo nombre.
Quizá es aquí donde se confunde, ya que mezcla a padre e hijo y habla de que Torres “ha sido una figura destacada en la promoción de los vinos españoles en todo el mundo y ha sido pionero en la investigación y desarrollo de técnicas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente en la viticultura y la elaboración del vino”, una labor que, efectivamente, ha llevado a cabo Miguel A. Torres.
El tercer personaje que cita es el crítico británico Steven Spurrier, a quien pone en este plantel por organizar la famosa cata conocida como “El Juicio de París” en 1976, una cata a ciegas que enfrentó a vinos californianos y franceses y en la que los primeros vencieron a las glorias del Viejo Mundo, poniendo a California entre las grandes zonas vitivinícolas del planeta. “Demostró que los vinos de calidad se podían producir fuera de Europa”. Si no fuera porque es un chat, diría que sonreía socarronamente al escribir esta frase…
Termina citando al enólogo de origen ruso André Tchelistcheff, conocido por revolucionar la viticultura californiana durante su paso por las bodegas Beaulieu Vineyard junto al productor de origen francés Georges de Latour, y asesoró a bodegas como Mondavi.
Vino y ChatGPT: consultamos a la inteligencia artificial- Su papel, afirma el chat, “fue fundamental en el desarrollo de técnicas de elaboración de vino de alta calidad, como la fermentación maloláctica y la maceración en frío” en la región californiana.
Como no ha citado, preguntándole por “personajes” a ninguna mujer del sector del vino en estos dos siglos, he optado por pedirle directamente los nombres de cuatro mujeres de relevancia mundial en el sector del vino en los últimos dos siglos y aquí ha “viajado” más por el mundo para encontrar féminas.
Cita a la Baronesa Philipine de Rothschild, al frente de Château Mouton- Rothschild en Burdeos, durante varias décadas, y destaca su papel clave en la promoción y la comercialización de los vinos de la región, así como en la creación de vinos de alta calidad, sin dar más detalles, como que fue la primera mujer en cinco generaciones de Rothschild en liderar el negocio familiar.
Sigue con la británica Jancis Robinson y aquí pillo otro gazapo, ya que la IA afirma que Robinson, crítica de vinos en activo, “ha sido la primera mujer en recibir el título de Maestro del Vino por el Institute of Masters of Wine”, un dato incorrecto, ya que la primera fue, en 1970, la enóloga y especialista en comercio vinícola Sarah Morphew Stephen.
Robinson sí fue, sin embargo, la primera persona sin experiencia en el sector que obtuvo el título, en 1984. Destaca su labor como autora de The Oxford Companion To Wine, un volumen de cabecera y consulta obligada en el sector.
Cita ChatGPT después a Laura Catena como “una de las principales productoras de vino de alta gama en Argentina” y destaca su papel defendiendo la viticultura sostenible y su iniciativa para mejorar la calidad y reputación de los vinos argentinos en el mundo.
Termina el cuarteto de mujeres con May Eliane de Lencquesaing, propietaria y directora durante tres décadas del bordelés Château Pichon Longueville Comtesse de Lalande y destaca que fue la primera mujer en dirigir una bodega importante en Burdeos, aunque vuelve a ser algo vaga describiendo que “ha sido reconocida por su compromiso con la calidad y la innovación en la elaboración de vinos”. Con su tendencia a resumir, no cita que “Lady May”, como se la conoce familiarmente, fundó, con 78 años, una nueva bodega en Stellenbosch, Sudáfrica.
Por último, la interesante charla con el chat decido terminarla con una pregunta que sobrevuela el sector en el mundo: ¿Acabará el cambio climático con los vinos de calidad?
Para ver por dónde va su respuesta, que no es del todo desalentadora. La Ai considera que, si bien el cambio climático es una amenaza, sus efectos son diversos y dependen de la ubicación, el clima y la variedad cultivada, y los cambios en el clima “pueden afectar el rendimiento de los viñedos y la calidad de la uva, lo que a su vez puede afectar la calidad del vino producido”, aunque matiza argumentando que el sector está trabajando para adaptarse a sus efectos con prácticas sostenibles y respetuosas con el entorno.
Los enólogos, argumenta, también trabajan para preservar la calidad y cualidades de los vinos en un entorno de cambio climático como “la cosecha temprana de uvas, la fermentación a temperaturas más bajas y la utilización de barricas de roble más pequeñas, entre otras”. Se mantiene en una prudente templanza con la respuesta, así que habrá que seguir haciéndole preguntas para ver cómo evolucionan sus respuestas.
Vino y ChatGPT: consultamos a la inteligencia artificial. Por RAQUEL PARDO. IMÁGENES: CREADAS CON DALL-E Y DANIEL SALGADO (UNSPLASH)