Explorando conceptos de lo que es «natural» en la era digital, Patricia Piccinini aporta una perspectiva profundamente personal a su trabajo
Patricia Piccinini: El mundo»natural» en la era digital. Desde principios de la década de 1990, Piccinini se ha interesado por la forma humana y su potencial de manipulación y mejora a través de la intervención biotécnica. Desde el mapeo del genoma humano hasta el crecimiento de tejidos y órganos humanos a partir de células madre, el arte de Piccinini traza un terreno en el que se entrelazan el progreso científico y las cuestiones éticas, señala Rachel Kent.
Su trabajo abarca escultura, fotografía, video y dibujo, y su práctica examina el límite cada vez más nebuloso entre lo artificial y lo natural tal como aparece en la cultura y las ideas contemporáneas.
Cuestionan la forma en que la tecnología y la cultura contemporáneas cambian nuestra comprensión de lo que significa ser humano
Sus esculturas surrealistas, animales híbridos y criaturas vehiculares cuestionan la forma en que la tecnología y la cultura contemporáneas cambian nuestra comprensión de lo que significa ser humano y se preguntan sobre nuestras relaciones y responsabilidades hacia lo que creamos. Si bien la ética es central, su enfoque es ambiguo y cuestionador en lugar de moralista y didáctico.
«Mi práctica se centra en los cuerpos y las relaciones. Las relaciones entre las personas y otras criaturas, entre las personas y nuestros cuerpos, entre las criaturas y el medio ambiente, entre lo artificial y lo natural. Estoy particularmente interesada en la forma en que las realidades cotidianas del mundo que nos rodea cambian estas relaciones.
Quizás por esto, muchos han mirado mi práctica en términos de ciencia y tecnología, sin embargo, para mí está influenciada por el surrealismo y la mitología. Mi trabajo tiene como objetivo cambiar la forma en que las personas ven el mundo que les rodea y cuestionar sus suposiciones sobre las relaciones que tienen con el mundo», afirma Patricia Piccinini
Patricia Piccinini: El mundo «natural» en la era digital. Texto: Rachel Kent