En la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz en 1999, James Orbinski, presidente internacional de Médicos Sin Fronteras, afirmó en su discurso que: “No estamos seguros de que la palabra siempre salve vidas, pero sí sabemos con certeza que el silencio mata”.
La fotografía humanitaria frente al olvido y el silencio. La frase sería igual de cierta si hubiese dicho ‘imagen’ en lugar de ‘palabra’, y es que la fotografía forma parte del ADN de la organización desde el nacimiento de MSF en 1971, de la mano de un grupo de médicos y periodistas.
Orbinski aprovechó el discurso en Oslo para denunciar los bombardeos indiscriminados que el ejército ruso llevaba meses perpetrando contra la población civil en Chechenia y, en particular, en Grozni.
Y no ha sido la única, ni la última vez en la que MSF ha expuesto públicamente las responsabilidades de quienes causan las crisis, de quienes tienen capacidad de influencia o de quienes tienen la responsabilidad primera de responder. En esta denuncia, muchas veces la han acompañado fotógrafos y periodistas.
La fotografía humanitaria frente al olvido y el silencio. En estos 50 años, profesionales de la fotografía y del periodismo, así como personal humanitario de MSF han cruzado sus caminos en algunas de las crisis más graves de este medio siglo.
Algunas de ellas perduran en la memoria colectiva, mientras que otras ya han sido olvidadas: la hambruna en Etiopía, Afganistán, la guerra de los Balcanes, el genocidio de Ruanda, la epidemia de ébola en África occidental, el conflicto en Siria, las operaciones de rescate en el Mediterráneo central…
MSF ha ayudado a muchos fotógrafos a plasmar el destino de poblaciones atrapadas en las garras de la guerra, las epidemias o los desastres naturales. En una ambición común por documentar estas situaciones, fotoperiodistas y equipos de MSF coinciden en múltiples ocasiones y contextos.
Fruto de esta experiencia y del afán compartido nace EnfocAH: un proyecto que surge con el objetivo de inspirar y sensibilizar a través de la fotografía humanitaria y de crear una comunidad de personas interesadas en el tema.
Por Carlota Solarat