Jim Hall decidió transformar su cuerpo de maneras radicales como expresión de su visión lúdica
Un hombre que tiene un cuerpo azul llamado Jim Hally, es prueba de que vivimos en un mundo peculiar donde cada vez más la autoexpresión se manifiesta a través del cuerpo.
Hall es un trabajador urbano de las ciudad de Baltimore retirado que se preocupa por sus facultades cognitivas y ha creado un método mnemónico para mantener su cognición, la cual, a los 78 años, empieza a declinar. Sin embargo, su biografía no nos dice mucho de su peculiaridad.
Hace unos años, Hall decidió modificar su cuerpo radicalmente hasta el punto de lograr cubrir cada centímetro de su cuerpo de tinta azul, tatuándose todo el cuerpo en un proceso sumamente doloroso.
Hall señala que se le ocurrió hacer algo creativo con su cuerpo y pensó en modificar el color. Eligió el azul, según él, porque no tiene un significado obvio como otros colores primarios.
Fue en este sentido sólo un ejercicio de su libertad. Hacer algo que nadie había hecho nunca. Según él, esto es lo maravilloso del hombre.
Algo igual de extraño es que Hall se aumentó los testículos, añadiendo tres más a través de cirugía plástica, lo cual lo lleva a decir: «tengo más bolas que nadie», un juego de palabras, pues Hall también cree que él es una persona singular en tanto a la valentía que le permite hacer esto. En el video que compartimos a continuación vemos cómo pasea por las calles mientras las personas se le quedan viendo, sin que esto le perturbe demasiado.
El hombre que tiene un cuerpo azul llamado Jim Hally. Sus motivos, según explica, son simplemente el deseo de jugar.
Como si Hall entendiera que el ser humano no tiene una esencia y puede jugar a modificar lo que es.. Dice gozar de una gran salud física, pues a sus 78 años tiene el cuerpo de un hombre de cuarenta. Sin embargo, Hall, quien se describe a sí mismo como 100% homosexual, lamenta que no ha tenido una erección en años y así pues tampoco la oportunidad de emplear sus cinco testículos.
Este breve documental de Jonathan Bregel y Steve Hoover muestra la intimidad de Hall y su peculiar filosofía de vida.
Fuente: Meghan Oretsky