Surrealista en su estilo de pintura de las criaturas de tiempos modernos, el trabajo de Marion Peck es sin embargo emocionalmente realista.
Criaturas de tiempos modernos de Marion Peck. En una sociedad que se mira y se mide a sí misma a través de imágenes instantáneas y fugaces, Marion Peck reacciona ante todo esto. Sus pinturas y dibujos son muy lentos de ejecutar, la pintura al óleo requiere mucho tiempo; ni grandeza para impresionar al visitante; ni obviedades de entender a primera vista.
La artista nos invita a acercarnos a los pantanos alimentados durante siglos por el mito de Narciso. Hoy en día estas aguas ya no son tan bellas, y el reflejo que ofrecen está lejos de ser tan fiel como un espejo podría producir.
El único punto en común con la historia contada por Ovidio, es que nuestra sociedad en su conjunto se sumerge, se pierde, en estas imágenes distorsionadas.
La sociedad se ahoga en estas aguas sin tomarse el tiempo de apreciar nada más que sus representaciones sublimadas. A través de sus pinturas, cuyos temas vienen inconscientemente a la mente del artista, Marion Peck forma parte de una tradición surrealista, llena de referencias mitológicas, construyendo leyendas contemporáneas.
Nada habla más fuerte que estas criaturas con formas corporales exageradas, productos monstruosos de los tiempos modernos. La práctica de Marion Peck también se ocupa del inconsciente, los sueños enterrados y las pesadillas que afloran a la superficie.
Como imágenes teatrales, estas obras brillan por su precisión en la observación de las paradojas que nos rodean. En un mundo y una cultura que tienden a la estandarización de emociones y representaciones, Marion Peck presiona con toques sutiles, donde duele, exactamente donde se colocan los defectos y debilidades humanas.
Surrealista en su estilo de pintura, el trabajo de Marion Peck es sin embargo emocionalmente realista.