Era un vagabundo solitario que recolectaba basuras de todo tipo acumuladas entre la mugre y los bichos que esta acarrea, en su pobre domicilio en la ciudad checa de Kyjov. Miroslav Tichý (1926, Netcice, República Checa) era también un fotógrafo que expuso en prestigiosas instituciones como el Centro Pompidou de París en 2009 y el año pasado en el International Center of Photography, de Nueva York. Antes de ser descubierto por uno de los popes del arte contemporáneo, Harald Szeemann, que expuso su trabajo por primera vez en la Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla en 2004, Tichý había vivido en la marginalidad, considerado un indigente con problemas mentales. Pasó más de tres décadas entrando y saliendo de prisiones y psiquiátricos, perseguido por la tenaz policía comunista.
De una timidez extrema, mientras estudiaba en la Escuela de Bellas Artes de Praga en la posguerra se rebeló contra las autoridades junto a un grupo de estudiantes. La razón fue estética, no política. El nuevo régimen dictatorial había decidido cambiar las modelos que posaban para dibujo del natural por rudos obreros con mono. Dejó los estudios, dejó todo. Su fascinación por las mujeres es la constante de su vida. Pintaba, pero sus cuadros no interesaron a nadie. Lo echaron de su estudio y de su casa, edificios nacionalizados.
Miroslav Tichý (20 de noviembre de 1926 – 12 de abril de 2011) fue un fotógrafo que desde la década de 1960 hasta 1985 tomó miles de fotos subrepticias de mujeres en su ciudad natal de Kyjov en la República Checa, utilizando cámaras caseras construidas con tubos de cartón, latas y otros materiales a mano. La mayoría de sus sujetos no sabían que estaban siendo fotografiados.
Unas pocas se llevaron a cabo posturas de belleza cuando lo vieron, tal vez sin darse cuenta de que la parodia de una cámara que llevaba era real. Su enfoque suave, visiones fugaces de las mujeres de Kyjov están sesgadas, manchadas y mal impresas, viciadas por las limitaciones de su equipo primitivo y una serie de errores deliberados de procesamiento destinados a agregar imperfecciones poéticas. De sus métodos técnicos, ha dicho: «Antes que nada, debes tener una cámara mala», y «si quieres ser famoso, debes hacer algo más mal que nadie en el mundo entero».
Durante el régimen comunista en Checoslovaquia, Tichý fue considerado un disidente y maltratado. Sus fotografías permanecieron en gran parte desconocidas hasta que se celebró una exposición para él en 2004. Tichý no asistió a exposiciones, y vivió una vida de autosuficiencia y libertad de los estándares de la sociedad.
ENG: Miroslav Tichý (November 20, 1926 April 12, 2011) was a photographer who from the 1960s to 1985 took thousands of surreptitious pictures of women in his hometown of Kyjov in the Chech Republic, using homemade cameras constructed of cardboard tubes, tin cans and other at-hand materials. Most of his subjects were unaware they are being photographed. A few struck beauty-pageant poses when they sighted him, perhaps not realizing that the parody of a camera he carried was real. His soft focus, fleeting glimpses of the women of Kyjov are skewed, spotted and badly printed flawed by the limitations of his primitive equipment and a series of deliberate processing mistakes meant to add poetic imperfections. Of his technical methods, he has said, «First of all, you have to have a bad camera», and, «If you want to be famous, you must do something more badly than anybody in the entire world.»
During the Communist regime in Czechoslovakia, Tichý was considered a dissident and badly treated. His photographs remained largely unknown until an exhibition was held for him in 2004. Tichý did not attend exhibitions, and lived a life of self-sufficiency and freedom from the standards of society.