Ocurre a veces
que el cuerpo
habita
más allá del cuerpo,
y la piel se deshace
al contacto con la herida.
Es entonces
cuando vuelves
a acunar mi dolor
en tus rodillas.
A ofrecerme cobijo
entre tus alas.
Porque vuelves.
siempre vuelves.
Como vuelve el río
silencioso
a besar del mar
las aguas.
No escribo formas
pues nunca supe
como encajar las piezas.
Escribo pulsos.
Latigazos desgarrados
de ventanas entreabiertas.
Escribo inviernos
y cuervos azules que me arrullan.
Melodías sigilosas
que rasgan la partitura.
Escribo muertes anunciadas
que se inventan
para alejar la despedida.
Escribo pactos.
Y suicidios.
Y silencios.
Escribo hojas,
páginas que arden
siempre de piel adentro.
Escribo horas,
escribo tiempos.
(D) Escribo vidas.
Desnudo infiernos.