Titulada ‘Tragedia alegre’, esta exposición reúne un nuevo proyecto conceptual de video y diapositivas. El video sale del género de una película convencional y se mueve entre la mitología y la historia con el extravagante uso de lenguajes cinematográficos. Las sensaciones más fuertes al experimentar esta pieza son la ambigüedad y la complejidad.
Nos atrapa a través de maravillosas imágenes y explora la incertidumbre y la complicidad entre amor, sexo, violencia y muerte, provocando una tentación de la dislocación estética inextricable de la contemporaneidad. Además, Huang empuja su objetivo a un límite mediante el uso de todos los actores masculinos en la película en lugar de sintaxis convencional de los mismos, que es una deconstrucción de poder, orden, regimén y valor. El resultado de la película es complicado en su propia superficialidad hermosa; la ambigüedad no solo nos hace cuestionar a nuestro propio sentimiento hacia el homosexualismo de la imagen sino también la instintiva reacción alegre al hermoso hecho de la imagen. El espectador tiene que completar la historia por sí mismo de alguna manera y provocar así su propio deseo. La obra de Huang produce una intoxicación de la irracionalidad racionalizada de la estética de la contemporaneidad. Toda la secuencia ilustra una profunda tragedia, pero cada individuo es brutalmente hermoso como un hecho y, hace frente a una transición entre la estética de la ‘calidad’ de la perfección y la monstruosidad.
Entitled ‘Blithe Tragedy’, the exhibition brings together a new video project and a conceptual slides project. The video takes off from film genre conventions, and moves into a mixture of self-generated mythology and history with extravagant use of cinematic languages. Ambiguity and complexity are the strongest sensations when experiencing this piece.
Through beautifully arresting images, the film explores the uncertainty and complicity between love, sex, violence and death, provoking a temptation of the inextricable aesthetical dislocation of contemporaneity. Further, Huang pushes this subject to a limit by using all male actors in the film rather than conventional syntax of such, which is a malicious deconstruction of power, order, regimentation and value. The outcome of film is complicated in its own beautiful superficiality; the ambiguity makes us quickly question our own feeling towards the queerness of image but also the instinctive blithe reaction to the beautiful fact of image. The viewer has to complete the story for themselves somehow, and so elicits their own desire. Huang produces an intoxication of the rationalised aesthetical irrationality of contemporaneity.
Departing from a conceptual strategy, Huang transfers the footage of Challenger space shuttle disaster and 19 century scientific engravings into stylised slides, placing the imagery between moving images and stills. More importantly, by interrupting the timing, perception is fragmented. The whole sequence illustrates a profound tragedy, but each individual is brutally beautiful as a ‘Fact’, addressing a transition between ‘quality’ aesthetics of perfection and the monstrosity.