Sólo cuando la imagen que proyecta hacia los demás le es indiferente y sólo cuando actúa con el único limite del dolor ajeno consigue la verdadera libertad. Anaïs Nin: la escritora que democratizó el sexo. Vivía con la única moralidad del deseo y consiguió abrir una puerta cerrada con mil cerrojos. Consideró suyo su cuerpo…