La regla crítica: Las putas patrañas de las arañas. A las seis de la mañana me desperté sobresaltado, resbaladizo y sudado. Fumé y me duché frotándome con la esponja de una manera que nunca lo había hecho para envolverme entre cúmulos de espuma. Me sequé con algodón cien por cien y decidí no hidratarme con…