En las películas de los maestros Buñuel o David Lynch, se difuminan los límites entre lo sensual y lo erótico, entre lo surreal y lo enigmático, algo que también ocurre en las fotografías de Noritoshi Hirakawa. Noritoshi Hirakawa invita al voyerismo y al desconcierto. ¿Os habéis preguntado alguna vez por qué nos llama tanto la atención aquello que nos produce…