En las trincheras calladas de Magaluf todavía resuenan épocas más prósperas y marranas. Algo del hedor inmarcesible de la carne y la hez todavía flota en el aire fresco del confinamiento. Apocalipsis: cuando el coronavirus esterilizó Magaluf. Ey, perdonad. ¿Os importa que os hagamos una foto? Bueno, vale. Es un día cálido de mediados de…