Como el tiempo perdido: 15 Grados bajo cero. Miraba su cabello cristalizado por la escarcha. Revuelto. Mojado. Y los mechones azules que le sobresalían del casco y que bajaban por su nuca hasta enrocarse en esas gafas de espejo iridiscentes suyas. El sol difuminaba todo, creando un paisaje surreal cuando desaparecía y nos dejaba casi…