Hay fotografías que forman parte del imaginario popular como si estuvieran en esos álbumes familiares que revisitamos una y otra vez.
La icónica sesión de fotos de Stephen Sweet a Nirvana. Hay capturas tan icónicas que son testimonio de momentos e historias que puede que jamás se vuelvan a repetir.
Cuando en la década de los años 90 se produjo esa explosión musical que tuvo como protagonista el grunge, adolescentes de medio mundo soñábamos con no soñar mientras arrastrábamos las Dr. Martens por los pasillos del nihilismo y nuestros corazones bombeaban problemas existenciales.
En aquellos días de MTV y pósters abarrotando las paredes de los santuarios sagrados que eran nuestros dormitorios, veíamos Trainspotting y Reality Bites y sonaban en nuestros walkmans las canciones de Smashing Pumpkins, Pearl Jam, Alanis Morissette y, por supuesto, Nirvana.
Nirvana saltó a la palestra en 1989 con un primer álbum titulado Bleach, pero fue en 1991 con su disco Nevermind y su single Smells Like Teen Spirit cuando revolucionaron una escena musical que ya de por sí estaba agitada afianzando el grunge como el género de aquellos y aquellas que teníamos algo que decir, algo que gritar.
A Nevermind le siguió en 1993 In Utero, un tercer disco que Kurt Cobain esperaba que no tuviera éxito y que no hizo otra cosa que afianzar una de esas carreras que se convirtieron en meteóricas y en leyenda con el inesperado suicidio de Kurt en 1994.
Un año antes de que Cobain decidiera no soportar más su difícil existencia, tuvo lugar una de las sesiones de fotos más icónicas de la banda de Aberdeen. Esta sesión fue para una entrevista de dos partes en el británico Melody Maker, en la queel fotógrafo Stephen Sweet había reservado todo el día para llevarla a cabo.
Recogió a la banda en un taxi y los llevó al Liberty Theatre, un cine abandonado ubicado en la calle 42 de Manhattan. Unos jóvenes Kurt Cobain, Krist Novoselic y Dave Grohl juguetean y evitan el objetivo de Sweet mientras los carteles del viejo cine refuerzan el concepto del shooting y del momento inmortalizado.
La icónica sesión de fotos de Stephen Sweet a Nirvana. No en vano, las tomas a menudo se conocen como las fotos de Men Don’t Protect You Anymore.
Las imágenes son verdaderamente impactantes, con los miembros de la banda posando contra un telón de fondo de poderosas declaraciones en llamativas luces de neón. La combinación de la apariencia vanguardista de Nirvana y las instalaciones artísticas que invitan a la reflexión crearon una sesión de fotos verdaderamente memorable que ha sido celebrada tanto por fanáticos, como por críticos.
Echando la vista atrás, es sorprendente ver cómo la música y el estilo de la banda, junto con el poderoso mensaje que Jenny Holzer creó con los neones de ese cine abandonado, se unieron para crear un momento tan memorable en la historia de la cultura pop.
Esta sesión de fotos, sin duda, seguirá siendo una parte querida y significativa del legado de Nirvana, un trozo de nuestra historia que revisitaremos con la nostalgia y el afecto con el que miramos un álbum familiar.
La icónica sesión de fotos de Stephen Sweet a Nirvana. Por Luiki Alonso