Pan de limón con semilla de amapola nos cuenta la historia de dos hermanas que tras 14 años se reencuentran
Marina y Anna han heredado una panadería y un viejo molino de una mujer a la que no conocían y la aceptación de la herencia y futura venta del inmueble lleva a Marina de vuelta a Mallorca, lugar que sirve de telón de fondo para esta maravillosa novela.
Marina y Anna son dos hermanas muy diferentes pero no sólo físicamente, también en su forma de ser, su forma de vida, la manera de enfrentarse a ella, la forma de comportarse y las aspiraciones que han tenido en la vida.
Al abrir el antiguo horno de leña el olor a pan recién hecho acarició el alma de Marina. Cerró los ojos, inspiró lentamente. Olor de infancia. Olor a hogar.
Marina es una mujer de 45 años, independiente, trabaja como cooperante de Médicos sin Fronteras en Etiopía, comparte su vida un otro médico diez años menor que ella pero la diferencia de edad no tiene ninguna importancia en su relación porque lo más importante es que se quieren y forman un buen equipo.
Anna es la hermana mayor, tiene 49 años y en pocas ocasiones ha salido de la isla. Lleva casada 25 años pero es una relación que lleva mucho tiempo acabada. Su marido es un egocéntrico que nunca tiene tiempo para ella ni para su hija. Además están pasando por un momento económico muy delicado debido a ciertos problemas en el negocio de su marido. Con su hija tampoco se entiende muy bien. Anna lleva la vida que le fue inculcada por su madre, en la que las apariencias y el papel para el que se supone la mujer está destinada tienen mucha importancia. Nunca ha vivido la vida que a ella le hubiese gustado, sino la que la que los demás han querido.
Las dos hermanas viven la llegada a Marina a la isla de una manera muy diferente. Mientras Anna ha preparado todo con ilusión para ese reencuentro después de 14 años, Marina sólo lo ve como un trámite, y no es que no quiera a su hermana y añore los años en los que estuvieron tan unidas, pero presiente que el reencuentro con su cuñado no va a ser fácil. Un enfrentamiento con él fue precisamente el motivo del distanciamiento entre las dos hermanas. Así que su idea es firmar la venta de la panadería y el molino y volver lo antes posible a la que hasta ahora ha sido su vida.
Pero la venta de las propiedades heredadas hace que una vez más, se pongan de manifiesto las diferencias entre las hermanas. Mientras Anna sólo ve en la herencia y su venta una manera de que se solucionen sus problemas económicos, a los que se han visto abocados por culpa de su marido, y poder seguir con el estatus social que ha llevado hasta el momento, Marina necesita descubrir cuales son los motivos que han llevado a una mujer que no conocen de nada a dejarles una herencia tan cuantiosa.
‘Pan de limón con semillas de amapola’, convertida en película por Benito Zambrano llega a Mallorca con Evolution Mallorca International Film Festival. Se proyectará en la Gala apertura del EMIFF el día 27.10. en el Teatre Principal de Palma
Aunque el peso de la historia recae principalmente sobre estas dos mujeres no son las únicas que nos vamos a encontrar, y es que las mujeres son muy importantes en esta novela. Pan de limón con semillas de amapola es sobre todo una novela de mujeres, que no sólo para mujeres, en cuya alma se adentra.
Pan de limón con semillas de amapola es un libro de búsquedas. Búsquedas que permitan aclarar secretos, búsquedas personales, familiares, y de tiempo perdido. Búsquedas que lleven a las mujeres de esta novela a recuperar lo que no hicieron, superar sus miedos y vivir de verdad. Aunque también encontraremos amistad, lealtad, amor en todas sus vertientes, respeto, libertad, añoranza, inquietudes.
Pero, aunque quizás aunque en un principio no nos demos cuenta, uno de los temas importantes de esta novela es el amor maternal y la maternidad vivida de diferentes maneras: el instinto maternal o su falta, y la relación entre madres e hijas, o la carencia de ésta por diferentes motivos.
Este libro coincidió con días de mucho trabajo y estrés y no sé que magia contenían sus páginas que cuando llegaba a ellas conseguían que me viera envuelta en una sensación desosiego, tranquilidad, de calma muy placentera, por lo que estaba deseando tener un rato para sumergirme en su lectura.
Porque Pan de limón con semillas de amapola es una novela maravillosa, cautivadora, profundamente sensorial, escrita con muchísima sensibilidad y encanto en la que es una delicia perderse entre sus páginas. Además, la prosa de Cristina Campos es espléndida, sencilla, cercana y llena de sentimientos que te sumerge en una montaña rusa de emociones, y con unos personajes que van a dejar su mella en nosotros y a los que nos va a ser difícil olvidar.
Unos personajes perfectamente construidos y desarrollados, cercanos y tan auténticos que su vida cotidiana podría formar parte de la de cualquier lugar y que seguro con los que seguro no nos hubiera importado compartir algún momento de nuestras vidas.
Tampoco quiero pasar por alto la ambientación. Seguro que si no hemos visitado Valldemosa nos entraran unas inmensas de conocer este precioso pueblo que nos describe rodeado de olivos centenarios y almendros en flor, con sus calles empedradas y sus cuestas, y descubrir si verdaderamente existen los lugares que nos describe, como el hotel donde se hospeda Marina los primeros días o la panadería y el molino.
Pan de limón con semilla de amapola es en definitiva una novela que una vez caiga en tus manos no querrás soltar, de esas que dan pena que se acabe, de las que cuesta separarse y que cuando la acabas te quedas un rato abrazada a ella para alargar y demorar más posible ese momento. Es como disfrutar de ese pan de limón con semilla de amapolas recién hecho.
‘Pan de limón con semillas de amapola’ de Cristina Campos. Texto: Delectoralector