La pintura que no intenta crear la ilusión de una copia realista, en realidad estamos mirando una pintura contradicción
Hanjo Schmidt y sus pinceladas gestuales. Su estilo es fuerte y dominante, los colores se basan en lo que puedes ver, pero a menudo son llevados al extremo. Estas son pinturas expresivas, y el acto de pintar empuja, por así decirlo, los motivos a fondo. Ni por un segundo hay alguna duda de que el arte de Hanjo Schmidt se trata de pintar, de aplicar colores al lienzo.
Lo sorprendente es que incluso con estas pinceladas crudas, el modelo se define de una manera perfectamente precisa. Ojos brillantes, pupilas con contornos nítidos, cuello fibroso o omóplatos huesudos. Todo está inequívocamente definido, y sin embargo, este es un tipo de pintura que no intenta crear la ilusión de una copia realista del tema.
El hecho de que siempre podamos reconocer claramente el tema y, al mismo tiempo, saber que en realidad estamos mirando una pintura contradicción que es el verdadero desafío en los trabajos de Hanjo Schmidt.
Como todos sabéis, constantemente nos vemos confrontados por imágenes que quieren seducir. Ya sean anuncios, carteles u otras imágenes de los medios, la mayoría de los motivos están diseñados para ser captados rápidamente. El mensaje está destinado a ser decodificado en un instante y luego recordado.
Las pinturas de Hanjo Schmidt, por otro lado, resisten al ojo meramente consumidor. Las caras se desintegran en secciones individuales o unidades.
Las pinturas desarrollan una vida propia, formateando subtextos, estableciendo redes, mares de color y líneas de baile. Esto es algo inquietante e irritante, y obliga al espectador a detenerse en la imagen y tomarse su tiempo para conocerla. En lugar de un consumo rápido, debes tomarte tu tiempo y dedicarte a ver.
Además, Hanjo Schmidt exagera expresamente lo que ve en contraste con de las imágenes comerciales suavizadas con la ayuda de Photoshop. Él enfatiza y subraya todo lo que la industria cosmética trataría de ocultar. Estas caras no están normadas o estandarizadas, sino que pertenecen a individuos. Así, las pinturas de Hanjo Schmidt son el alejamiento de la uniformidad de la bella fachada adentrandose al núcleo del ser humano en su esencia.
Incluso si los fondos son sutiles y suaves, las imágenes aún resuenan enclave menor, hay algo patético y lamentable en estas personas. Parecen haber sido arrojados al mundo y de alguna manera estar a merced de ellos mismos. Puedes sentir la tragedia del ser humano no solo teniendo que soportar el mundo sino también a ellos mismos. Esta es la razón por la cual diseccionar los motivos en unidades individuales de las pinturas tiene un significado correspondiente: las personas con las que nos encontramos no son entidades coherentes, ni son títeres unidimensionales en un mundo estandarizado, sino personalidades multifacéticas llenas de contradicciones.
Así, los cuerpos y las caras de las pinturas de Hanjo Schmidts representan al ser humano en si mismo. Una existencia ambivalente, bella y al mismo tiempo fea, vulnerable que busca y niega, muestra y esconde. Contemplar sus pinturas es como echar una mirada en el espejo que nos refleja a nosotros mismos.
Hanjo Schmidt y sus pinceladas gestuales. Fuente: John Headhunter