No pasa mucho, pero la intrincada técnica del collage de María Berrío anima las superficies de las obras, haciéndolas crepitar de energía.
María Berrío y sus collages vibrantes de energía. María Berrío representa figuras, en su mayoría mujeres que parecen vagamente mestizas, en entornos íntimos, ya sea en interiores o en extensos paisajes naturales.
En gran parte, usa papel como pintura, colocando tiras estrechas y afiladas para contornear un cuerpo, o pequeñas escamas para hacer un intrincado estampado floral. El efecto general es increíblemente detallado e ingenuamente plano.
Las superficies parecen facetadas, casi como una joya, que recuerdan los patrones deslumbrantes del pintor austriaco Gustav Klimt
Las imágenes son literalmente retazos, ensamblados a partir de pedazos y piezas. Se sienten de este mundo, pero también improbables, como si estuvieran unidos por magia.
En «Flower Mirror Water Moon», una mujer con una camisa con estampado floral se sienta frente al espectador. Ella sostiene con cautela un pájaro en sus manos, como si lo acabara de rescatar. A través de la puerta abierta a su espalda, vemos a otra mujer sentada en una cama de rayas brillantes, mirando por la ventana hacia un paisaje montañoso.
La historia es ambigua, pero la imagen atrae nuestra atención de adentro hacia afuera, desde el delicado pájaro salvaje, a través de puertas y ventanas hasta las impactantes montañas. A pesar de sus figuras estáticas, la imagen sugiere movimiento y transición.
La mayoría de los paisajes son áridos y dorados, poblados de árboles nudosos. El comunicado de prensa señala que Berrío, una inmigrante de Colombia, se inspiró en el árbol de sangre de dragón, que se ha adaptado al suelo seco y rocoso de una isla frente a Yemen.
Sin embargo, me llamó la atención lo mucho que las imágenes evocan el oeste americano, otro lugar aparentemente inhóspito que se convirtió y sigue siendo un lugar de migración y conquista en la búsqueda de sueños.
El programa se titula apropiadamente «A Cloud’s Roots», que es una especie de oxímoron, que evoca una suspensión imposible. Es una evocación poética de la experiencia del inmigrante, tanto flotante como arraigada.
En un collage del mismo nombre, dos mujeres se paran resueltamente frente a uno de los árboles extendidos de Berrío. Es muy posible que esté sosteniendo las nubes, que brillan con la promesa de una tormenta. Y, sin embargo, las mujeres, como el árbol, permanecen imperturbables, desafiantes. No importa el suelo inhóspito, están aquí para quedarse.
María Berrío y sus collages vibrantes de energía