Retratos que hablan más allá de las palabras
La obra de Josie Morway se sitúa en un territorio fascinante: el cruce entre lo visual y lo narrativo. Sus pinturas no son simples representaciones de animales, sino relatos que se construyen a partir de gestos, posturas y miradas que parecen contener un lenguaje propio. Morway confiesa que su inspiración proviene de los fragmentos de palabras y frases que nos rodean en la vida cotidiana: murales publicitarios desvaídos, conversaciones escuchadas al azar, señales antiguas que apenas conservan su promesa. En ese ruido visual y verbal, ella encuentra un terreno fértil para crear historias que no se definen por lo que dicen explícitamente, sino por lo que sugieren y ocultan.
Los animales en sus retratos se convierten en protagonistas de narraciones universales. No son simples símbolos de lo salvaje, sino personajes que encarnan emociones humanas: la duda, la resistencia, la serenidad o la tensión. Al observarlos, el espectador se enfrenta a un espejo ambiguo, donde la familiaridad de las expresiones animales se mezcla con la extrañeza de su contexto.

Esa ambigüedad es clave en la propuesta de Morway: nos recuerda que los mensajes que recibimos a diario —ya sean verbales o visuales— nunca son completos, siempre están fragmentados, y es nuestra interpretación la que les da sentido.
En este sentido, sus retratos funcionan como relatos abiertos. Cada pintura invita a construir una historia distinta, dependiendo de la mirada del espectador. La artista no ofrece respuestas cerradas, sino preguntas disfrazadas de imágenes. Así, sus animales no solo cuentan historias: también nos obligan a inventarlas.

Untame vs. The Domesticati: lo salvaje frente a lo domesticado
Uno de los proyectos más ambiciosos de Josie Morway lleva por título Untame vs. The Domesticati. En esta serie, la artista explora la tensión entre lo indómito y lo domesticado, entre la libertad de lo salvaje y las estructuras de control que la sociedad humana impone. Los animales, nuevamente, son los protagonistas, pero aquí se convierten en símbolos que dialogan con nuestra propia condición.

La domesticación, entendida como proceso cultural y social, no solo afecta a los animales: también moldea a los seres humanos. Morway utiliza esta idea para plantear un paralelismo entre la vida silvestre y la sociedad contemporánea. Sus pinturas sugieren que, al igual que los animales domesticados, nosotros también hemos sido moldeados por normas, instituciones y discursos que limitan nuestra naturaleza más libre. Frente a ello, lo “untame” representa la resistencia, la fuerza que se niega a ser contenida.

La serie se convierte en un espacio de reflexión sobre la identidad y la libertad. Los animales retratados parecen debatirse entre dos mundos: el de la naturaleza, con su fuerza instintiva, y el de la domesticación, con sus reglas y símbolos. En sus gestos y posturas se percibe esa tensión, como si estuvieran atrapados en un relato que no les pertenece del todo.
Morway logra que esta exploración no sea meramente conceptual, sino profundamente emocional. Sus pinturas transmiten la belleza de lo salvaje, pero también la melancolía de lo domesticado. En ellas, la mirada de un ave o la postura de un mamífero se convierten en metáforas de nuestra propia lucha por mantener la autenticidad en un mundo que constantemente nos exige adaptación.

La poética de lo incompleto
Lo más fascinante de la obra de Josie Morway es su capacidad para transformar lo incompleto en un recurso poético. Inspirada en fragmentos de palabras y frases, la artista construye relatos que nunca están del todo definidos. Esa falta de información no es una carencia, sino una invitación a la imaginación.
En sus retratos, los animales parecen hablar un idioma silencioso, hecho de gestos y miradas. Ese idioma es universal, pero también ambiguo: cada espectador lo interpreta de manera distinta. Así, las pinturas de Morway funcionan como espejos de nuestras propias experiencias y emociones. Lo que vemos en ellas depende tanto de la obra como de nosotros mismos.
La poética de lo incompleto también se refleja en la manera en que Morway combina elementos visuales. Los animales aparecen en escenarios que sugieren historias, pero nunca las completan. Un fondo desvaído, una señal ilegible, un fragmento de texto: todo ello crea un contexto que parece prometer un relato, pero que se detiene justo antes de revelarlo. Esa estrategia convierte cada pintura en un misterio abierto, en una narración que se despliega en la mente del espectador.
En última instancia, la obra de Josie Morway nos recuerda que las historias más poderosas no son las que lo dicen todo, sino las que dejan espacio para la interpretación. Sus retratos de animales nos invitan a escuchar un lenguaje silencioso, a leer entre líneas, a descubrir en lo incompleto una forma de belleza.
Para más información: josiemorway.com
Retratos de animales que cuentan historias por Josie Morway. Por Mónica Cascanueces.

