Adoro las ilustraciones de Fumi Koike. Descubrí a esta artista nipona un sábado de otoño y quedé maravillada con su capacidad para enternecer objetos cotidianos. Con taza de café en mano es fácil caer hipnotizado por sus maravillosas obras. Su estética es tan naif y nipona que no hay por dónde perderse. Radicada en Fukuoka, Fumi suele retratar mañanas y comidas y, por lo general, siempre hay uno que otro animal, sobre todo perros, apareciendo de incógnitos en sus detallados trabajos. “Son cosas que disfruto ilustrar. El amanecer y su silencio, la pureza del aire vagamente consciente. El calor de un perro, su apariencia inocente y sus ojos gentiles”, dice Fumi, una creadora que -sin duda- aprecia y redescubre como pocos el valor de lo simple. Por Lo Reyes
ENG: Remember the feeling when you’ve come in from the cold and your hands have got chilblains, your cheeks are red and your toes are numb, but then one bite of a crumpet or a sip of sugary tea just defrosts you in the dreamiest way ever? Well, Fumi Koike seems to have latched on to that feeling and managed to illustrate it in this wonderful series of paintings. Big wooden beds, eggs for breakfast and cold hands around hot mugs are just some of the seasonal imagery featured in her work, not forgetting the brilliant collection of dog paintings on her Flickr page. So thank you Fumi, you have come along just in time to make us genuinely excited for the imminent cold weather. Hoorah! By Liv Siddall