Ya sé lo que es el infierno. Una de las teorías de las que me habían hablado era que el infierno era un estado al que llegabas después de la muerte, pero veo que no, ¡que se puede vivir en vida!: el infierno emocional, en el que no te quemas literalmente pero sí espiritualmente. Y el dolor es tan profundo. Y todo surge por cosas que «hemos hecho mal» o al menos nos han hecho creer que están mal y por lo tanto crean confusiones por no saber qué camino es el correcto. La razón de poner tantas normas encubiertas en moralidades culturales es que INTERESA que NO seamos libres pensantes. Y como no interesa, no se promueve su práctica para que se convierta en una tarea pesada, así la dejamos de lado porque recibimos a cambio una vida aparentemente más dulce. Y como todo dulce, se vuelve adictivo y necesitamos más. Pero ESE INTERÉS es egoísta y surge porque es mucho más fácil y cómodo llevar un rebaño hacia la misma dirección que controlar un grupo en el que cada uno va por su lado, evidentemente para unos fines oscuros de poder.
¿Y por qué no podemos cada uno tomar nuestro propio camino? ¿Por qué no podemos cada uno seguir nuestra intuición y aprender de nuestro propio recorrido? ¿No dicen que todos los caminos llevan a Roma? Si es así, no nos tendría que preocupar porque TARDE O TEMPRANO todos nos encontraremos en el destino final, pero nos asustan diciendo que no llegaremos porque nos perderemos.
¿Por qué tenemos que seguir todos las mismas directrices si somos todos diferentes en pensamientos, en habilidades, en carácteres, en físico? Seguir un camino que no es el propio lleva a la frustración, la frustración lleva a las malas maneras, las malas maneras lleva a pisotearnos y pisotearnos lleva a un mundo sin sentido como el que vivimos. Sin sentido porque es así como generamos más gente perdida que completa, perdida en lo establecido, en la rapidez del sistema, en las obligaciones impuestas y en las necesidades creadas. Perdida porque no cuestiona o cuestiona los intereses de unos pocos, que los dejan visible en el momento oportuno de forma manipulada.
Y la frustración no es negativa, es parte del aprendizaje, no nos lo pueden dar todo en bandeja, pero tiene que ser una frustración adaptada a cada uno, con metas posibles para que cada individuo pueda crecer a su manera, ¡no apagarse!. Y es que si lo pensamos fríamente, cada uno tiene su riqueza, cada uno aporta, pero en muchas ocasiones, por pereza, por comodidad o por intereses propios nos hacen creer lo contrario.
Sí, como he mencionado antes, todos nos encontraremos, porque aunque seamos diferentes en genes, en carácter, en destrezas todos partimos de una misma esencia por lo que todos buscamos lo mismo, el AMOR en mayúsculas, ese amor impersonal que nada tiene que ver con el de la pareja; buscamos armonía, matemática, ser energía activa que se funde con el entorno y lo mejora, porque esa es nuestra esencia, la PERFECCIÓN. ¿AMOR en mayúsculas? Un amor que tiene que ver con la comprensión, la empatía, la comunicación, el intercambio, el aprendizaje, el desaprendizaje, la fusión, la productividad, la acción, la reacción, la creación. ¿PERFECCIÓN? ¿Y qué es eso? Estar bien con uno mismo y cada uno a su manera sin dañar al otro. Si todos fuéramos empáticos a través del amor, ser uno mismo sin dañar al otro sería posible.
La Naturaleza al igual que nosotros también es energía, y también está en esa búsqueda. La Naturaleza al igual que nosotros también se enfurece y se calma, y se equilibra y se desequilibra, y se quema en el infierno, unas veces causado por factores externos como los que podemos hacer nosotros, los humanos inconscientes y perdidos, y otras por acciones propias. Al igual que nosotros. Dentro de lo ideal, deberíamos intentar no entrar en el infierno por factores externos porque puede ser más difícil salir que si entramos por nuestra cuenta en nuestro proceso natural evolutivo. Otro factor en común con la Naturaleza de los muchos que hay, es que no es igual por todo, al igual que nosotros. El desierto no se comporta igual que la jungla ni igual se comporta el clima mediterráneo, ni el nórdico…cada clima ha tenido que aprender para sacar su mejor provecho y seguir creando. Y seguirá cambiando, y tendrá que adaptarse a los cambios para seguir evolucionando. Al igual que nosotros.
Estoy en el infierno y me dicen, relájate y fluye (con los sentidos agudizados). Todo se arreglará. ¡Qué difícil que es cuando estás en las sombras! Pero sé que veré la luz. De alguna forma, siempre aparece, de hecho nunca se va, siempre está ahí. Esa es mi tranquilidad. Está ahí, ya la encontraré. Paciencia. Y dentro de la oscuridad siempre hay que sacar lo positivo, al menos he aprendido otra cosa más en esta vida: que el infierno existe.
Tony Malony · Plaza de La Verge del Miracle, 2-1. Palma. Tel. (+34) 652 868 074 · www.tonymalony.com