El colectivo Cane.Yo, muestra que el arte sigue necesitando lugares físicos en torno a los que reunirse, experimentar y darse a conocer
Cane.Yo, el resurgir de los grupos artísticos. La Historia del Arte se nutre de encuentros, de reuniones y de pequeñas comunidades. Picasso se descubrió a sí mismo por las calles del París de principios del siglo XX junto a Toulouse-Lautrec, Van Gogh o Cezanne, Buñuel aprendió la lengua del surrealismo en la misma ciudad algúna década después, con el grupo de bohemios que encabezaba André Breton, y un genio precoz como el de Zurbarán solo pudo manifestarse tras conocer y permearse de los pintores de la escuela sevillana.

Hoy en día ese concepto del grupo o pequeña comunidad artística se reinventa y multiplica sus posibilidades gracias a las redes sociales, que se convierten en vehículo y hasta en el sujeto -o parte de él- de la cosa artística. Sin embargo sigue siendo necesario ese sustrato material que termine dando sentido a todo, también al arte.
El arte virtual y el NFT revolucionarán en el futuro la tenencia del arte y conceptos como la venta de originales o los derechos de la propiedad intelectual, pero por el momento, y al igual que el papel de las páginas de los libros lleva décadas muriéndose en las agendas de los visionarios, el arte sigue necesitando de lugares físicos en torno a los que reunirse, experimentar y darse a conocer.




De esa experiencia ha surgido el grupo Cane-Yo, que está integrado por estudiantes de todas las partes del mundo y también por profesores o artistas reconocidos, como Tsjebbe Van Damme, que actuó como comisario en esta exposición de Amberes, Preslav Kostov, Patrizio Volpini, Camilo Carreño, Dylan Sara, Valentin Fischer, Daniel Arthur o Alexander Wilby, entre otros.
Entre los intereses artísticos de Cane-Yo hay dos que sirven de aglutinante principal. El primero es el arte virtual, el relacionado con los soportes y las plataformas digitales, ya sea a través de los memes, stickers y de los iconos que se popularizan a través de ellas, o bien de las estéticas propias de esta segunda generación de la digitalización. Otra de las referencias artísticas de Cane-Yo tiene que ver



Con esa estética de las redes sociales, y consiste en que todos los pintores de Cane-Yo son figurativos. El arte digital, que en algunos casos es un arte instrumental -para diseñar contenidos o para diseñar interfaces de uso- está suponiendo un regreso desde la abstracción, que marcó la vanguardia y el fin del arte academicista, del arte decorativo en su versión más denostrada, a la figuración.
Una figuración, todo hay que decirlo, muy rica, matizada y diversa. Pero resulta paradójico que si durante las vanguardias lo moderno estaba marcado por la abstracción, los ismos y los Manifiestos Artísticos, hoy en día se ha dado la vuelta a la tortilla y la figuración es la excepción.
Para más información: Colectivo de artista Cane.Yo
Cane.Yo, el resurgir de los grupos artísticos. Por Hugo Saliente.

