Un dibujo antropológico de lo que es el ser humano y las diferentes facetas de la persona humana convertidas en personajes
Divergente (Divergent) es una metáfora del ser humano y también una saga de películas basada en las novelas de Veronica Roth, dirigida por Neil Burger y protagonizada por Shailene Woodley, Theo James y Kate Winslet.
La película de ciencia ficción muestra una sociedad encerrada que refleja a un ser humano con sus diferentes dimensiones y capacidades y cómo se relacionan estas. La persona vista como un escenario con diversos actores y sus acuerdos, a la vez que teatro para las ambiciones. Es decir es un ser humano visto desde las entrañas.
Las diferentes facetas de la persona humana convertidas en perfiles sociológicos como un experimento de control
Osadía se sitúa a nivel emocional y se refiere al enfado y a todo lo que tiene que ver con la agresividad. Cordialidad también se sitúa a nivel emocional y también se refiere al sentimiento social del ser humano, cuya pérdida se gestiona con la tristeza. No utilizan el enfado, sino que adoptan en los conflictos, que llevan mal, una actitud sumisa. Abnegación es la actitud de entrega a una causa, de darse personalmente al servicio de un ideal. Erudición tiene que ver con el conocimiento y la racionalidad, escuchar y considerar todos los puntos de vista. Verdad se sitúa al nivel racional y tiene que ver con el conocimiento propio: comienza con la honestidad, que es la capacidad de reconocer lo que sentimos.
Todas estas facciones (facetas), igual que en el ser humano común, pugnan para lograr una primacía entre ellas y cada una se considera a sí misma la más importante. Bueno todas menos cordialidad, que posee una visión buenística de ser humano, cree en la armonía y renuncia a cualquier agresividad, por ello vive en el campo en armonía con la naturaleza. Esto casi constata lo que se ve en las películas.
Y como en toda sociedad y en toda persona, hay elementos tapados, ocultos, no reconocidos, relegados a la oscuridad: eso son los abandonados, nuestro subconsciente. Elementos que siempre pugnan por salir a la luz y disputar la primacía a los elementos racionales, a las emociones conocidas y aceptadas. Los abandonados representan la oscuridad del hombre. Para completar bien la metáfora los abandonados deberían representar mejor los instintos, impulsos y deseos no reconocidos, pero el guion ha optado más por la falta de reconocimiento y por personificar el lado oscuro, poniendo el acento en la desigualdad.
La sociedad, que se considera a sí misma la Humanidad, se encuentra encerrada dentro de unos muros y desconoce lo que hay más allá. Esto es también una metáfora del ser humano, la misma que Giacomo Leopardi recoge tan bien en su poema El infinito: el hombre sentado detrás de la valla de su jardín preguntándose qué hay detrás. Este carecer de un objetivo común enreda al ser humano en luchas internas. El ser humano busca siempre un sentido, un más allá, superar los límites, ir a lo desconocido.
La esencia del ser un divergente es encajar en todas las facciones (facetas), reunirlas a todas en unidad.
La identificación se produce especialmente con la protagonista. Tris, la divergente, es precisamente el símbolo de que todos somos diferentes, de que la riqueza que cada persona humana aporta es precisamente esa diferencia. Aceptando la diferencia como riqueza el ser humano puede superar todos los límites.
Para más información: Divergente
Divergente: una metáfora del ser humano. Por Antonio Esquivias