Makabresku no capta el instante, lo resucita. Y en ese acto, nos entrega un espejo encantado donde no vemos nuestros rostros, sino nuestras almas
Laura Makabresku: el susurro de lo invisible. En algún rincón donde el bosque se confunde con el sueño y la luz parece llegar desde adentro de los cuerpos, habita la obra de Laura Makabresku, artista polaca cuya mirada no fotografía el mundo, sino que lo transforma en un rito silencioso.
Sus imágenes son poemas sin palabras, delicadas exhalaciones de un universo que oscila entre lo real y lo encantado, como si fueran recuerdos de una vida nunca vivida, o fragmentos de un cuento que se susurra al oído de la noche.

Makabresku no retrata: invoca. Sus musas mujeres de piel de leche, con miradas ausentes o sumergidas en un dolor secreto flotan entre la infancia y la muerte, entre la herida y la redención. Hay en ellas una fragilidad que no se rompe, sino que arde suavemente, como una vela consumiéndose en una habitación olvidada.

Y alrededor, el mundo: ramas, plumas, cabellos, cuerpos dormidos, símbolos antiguos, animales que parecen mensajeros de otro plano. Todo está cargado de significados que no se explican, sino que se sienten, como una plegaria en una lengua perdida.

Su arte, que vive principalmente en la fotografía, tiene el pulso de lo cinematográfico y la calma de lo pictórico. Cada imagen es una escena suspendida, una ofrenda hecha de tiempo detenido. Las texturas de sus fotos, granuladas, a veces veladas por nieblas suaves, nos recuerdan que estamos ante una visión, no ante una reproducción del mundo tangible. Lo que vemos es lo que sueña el alma cuando duerme profundamente, cuando se entrega al inconsciente como quien se entrega al río.



Laura Makabresku @KamilaKansy construye con la luz lo que otras construyen con palabras: un diario íntimo, casi místico, donde se entrelazan la religiosidad melancólica de Europa del Este, la iconografía medieval, los cuentos oscuros y el temblor de la carne. En su universo, la belleza y la muerte se tocan como hermanas, y el dolor tiene pétalos, y el amor sangra de tan puro.
Laura Makabresku: el susurro de lo invisible.