Amy Cutler ha creado arte narrativo y enigmático en el que emociones internalizadas, observaciones sociales e ideas complejas se transforman en metáforas visuales.
Los cuentos de hadas modernos de Amy Cutler. Aunque es más conocida por sus dibujos y pinturas exquisitamente detallados en papel, donde representa objetos antropomorfizados, animales y figuras femeninas en tareas imposibles y situaciones insólitas, Cutler utiliza una amplia gama de medios.
Su estilo delicadamente figurativo evoca ilustraciones de libros infantiles o miniaturas mongolas indias y explora el mundo de los cuentos populares y de hadas. Sin embargo, al observar sus obras más de cerca, en lugar de sumergirnos en un mundo ficticio tranquilizador, de certezas cómodas y, por lo general, patriarcales, Cutler los subvierte.
Aunque muestra actividades cotidianas y comunes, como lavar la ropa o hilar, las narrativas sugeridas son ambiguas e incluso imposibles de seguir, ya que las escenas a menudo exhiben una ilogicidad de ensueño.
Su obra escultórica Idle Spinners presenta un círculo de mujeres sentadas que manipulan colectivamente una larga trenza de cabello. En un trabajo previo, Cutler imaginó una comunidad de mujeres que vivían en los árboles y realizaban sus tareas ayudándose de cuerdas trenzadas con su propio cabello. Para esta instalación escultórica, colaboró con la estilista Adriana Papaleo, quien creó cientos de metros de trenzas usando cabello humano y sintético.
En ese proyecto, Cutler se acercó más de lo usual a sugerir una especie de utopía femenina. Sin embargo, con mayor frecuencia, las mujeres en sus obras parecen absortas o incluso indiferentes, completamente concentradas en la tarea que tienen entre manos.
En ciertos cuentos de hadas, como en Rapunzel, el cabello posee propiedades mágicas y simbólicas. No es sorprendente, entonces, que el cabello haya captado la atención de Cutler y también de otras artistas, como Alice Maher y Vanessa Donoso López, cuyos detallados dibujos y acuarelas exploran temas de género e identidad y guardan una estrecha relación con los gouaches de Cutler.
En los cuentos de hadas modernos de Cutler, si se pueden llamar así, emerge constantemente la solidaridad femenina, incluso como una esencia. Al mismo tiempo, también se percibe una conciencia melancólica de la dificultad. A pesar de la solidaridad, las mujeres representadas parecen estar atadas a roles y deberes que no necesariamente han elegido. Sus obras nos invitan a reconocer las normas y costumbres que limitan y constriñen las vidas de las mujeres. Y también subyace en ellas una veta de absurdo que recurrentemente…
Los cuentos de hadas modernos de Amy Cutler. Esta cualidad fragmentaria y críptica es una elección estratégica de Cutler. Establece posibilidades narrativas sin desarrollarlas completamente.
Aunque se inspira en sus propias experiencias y observaciones, ha comentado que su intención es invitar al espectador a entrar en su mundo sin imponer un significado predeterminado.
Para ella, sus invenciones arbitrarias no necesitan ser fácilmente comprensibles, señaló, “Es mi mundo; yo establezco las reglas”. Ningún personaje parece cumplir un rol convencional o predecible, aun cuando cada uno parece absorto en sus propios y enigmáticos quehaceres.
Su primera obra escultórica importante, Alterations, fue encargada, exhibida y adquirida por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid en 2007. La artista recrea un imaginario femenino de historias fantásticas, próximas a los cuentos tradicionales de transmisión oral y escrita.
En su trabajo hay una intención de reconstrucción antropológica con heroínas domésticas en un proceso de adaptación al medio. Sus protagonistas son siempre mujeres que aparecen como grupo organizado, realizando alguna actividad laboral o en tránsito de un viaje, cual pioneras o colonizadoras de un mundo por descubrir, logrando una poética muy personal, que circula con gran plasticidad, bien a través de escenas más prosaicas o reales, o bien a través de escenas oníricas.
La conexión entre todas las mujeres, una red de solidaridad femenina, es el tema de esta instalación, en la que como en toda la obra de Cutler, hay una referencia a la construcción de la identidad a partir del trabajo y del esfuerzo común. A través de una labor tan habitual en muchas culturas como es devanar las madejas de hilo para poder tejer, la artista conforma una metáfora de gran efectividad escénica.
En 2014, fue una de los pocos artistas invitados por SITE Santa Fe para crear nuevas obras para el vigésimo aniversario de la institución. La obra resultante, una instalación escultórica multimedia titulada Fossa, se exhibió en SITE Santa Fe en 2015 y, al año siguiente, en Leslie Tonkonow Artworks + Projects en Nueva York.
Los cuentos de hadas modernos de Amy Cutler. Por Aidan Dunne