El agua evoca una sensación de libertad, conexión con la naturaleza o incluso una sensación de serenidad.
Los cuerpos desnudos y flotando en el agua de Mira Nedyalkova. El agua puede proporcionar una especie de escenario etéreo que realza la forma y la textura del cuerpo humano.
Es consciente y se ha sumergido junto a sus modelos para explorar la belleza del movimiento bajo el estado líquido. Nedyalkova descubrió en 2007 su pasión por la fotografía como medio de expresión personal, y este descubrimiento marcó un giro en su creatividad.
Los cuerpos desnudos y flotando en el agua de Mira Nedyalkova. La fotografía se convirtió en mucho más que un medio para capturar momentos a través de un objetivo; se convirtió en un canal para expresar sus pensamientos y emociones más profundas.
Sus fotografías no son solo fotografías; son reflexiones profundas de su mundo interior. Se adentra en los territorios del dolor, la belleza y el erotismo, utilizando estos elementos como una forma de comunicar sus experiencias y perspectivas personales sobre la vida.
Finalmente, lo que distingue el trabajo de Mira Nedyalkova es su capacidad para retratar el agua a través de una cualidad altamente erótica. Para la fotógrafa, el agua es un símbolo de dualidad, representa opuestos que coexisten en nuestras vidas.
El agua puede saciar nuestra sed y salvarnos, así como representar un riesgo y amenazar con destruirnos. Son estos dos aspectos los que hacen que el agua sea un elemento altamente erótico para Nedyalkova. El deseo de vida, amor y la lucha eterna por superar el dolor, la tristeza y la soledad.
El agua se utiliza como metáfora de estas complejidades emocionales, creando imágenes que son tan hermosas como oscuras. Su trabajo nos recuerda que el erotismo no se limita a la fisicalidad; puede encontrarse en las profundidades de nuestras emociones y en la turbulencia de nuestros mundos interiores.
Los cuerpos desnudos y flotando en el agua de Mira Nedyalkova. Por Silvia García