Crónica de un éxito mal gestionado.
¿Está la humanidad ante su propia extinción? Si la evolución fuera una entrega de premios, los humanos no estaríamos ni nominados. “La humanidad ante su propia extinción” es un ensayo que, con la sutileza de una bofetada con guante blanco, nos recuerda que somos la especie que más presume de inteligencia… y la que más se esfuerza en autodestruirse.
El texto arranca con una pregunta retórica que ya huele a derrota: ¿podremos resistir los embates venideros? Spoiler: probablemente no. Porque mientras el planeta arde, nosotros seguimos discutiendo si reciclar una botella de plástico salvará los océanos. La degradación ambiental avanza en modo turbo, y nuestras soluciones parecen sacadas de un PowerPoint de 2003.
Pero no todo es culpa del CO2, también está nuestro ego evolutivo. Nos autodenominamos Homo sapiens, como si la sabiduría fuera nuestro fuerte pero, como bien señala el autor, en términos biológicos somos un chiste: pocos en número (comparados con las cucarachas), con una historia evolutiva de apenas dos parpadeos y con una diversidad genética que da pena. Y sin embargo, aquí estamos, construyendo rascacielos, lanzando cohetes… y colapsando ecosistemas con la misma eficiencia.
El texto no se limita a la crítica, también ofrece una pizca de esperanza (o resignación elegante. Nuestra carta bajo la manga es la cultura, ese invento que nos permite compartir memes y, ocasionalmente, ideas útiles. Quizá, solo quizá, podamos usarla para rediseñar nuestra relación con el planeta antes de que nos convierta en fósiles prematuros.
En resumen, esta lectura es un espejo incómodo: nos muestra que, aunque nos creamos el pináculo de la creación, podríamos ser solo un experimento fallido con acceso a Wi-Fi. Pero no todo está perdido. Aún hay tiempo para dejar de morir de éxito y empezar a vivir con inteligencia. O al menos, intentarlo.
¿Está la humanidad ante su propia extinción?. Por Leonardo Lee.

