Esta exposición ofrece una mirada antológica a la trayectoria de Álvaro Perdices (Madrid, 1971). Para ello, se han reunido un conjunto de proyectos llevados a cabo desde la primera mitad de los años noventa hasta 2022
«Cultivar lo extraño» de Álvaro Perdices. Muebles de estilo remordimiento, restos de la antigua algodonera en Córdoba, corrupción y naturaleza salvaje. A través de fotos, vídeos e instalaciones, el artista multidisciplinar Álvaro Perdices reflexiona sobre la estrecha relación entre la ruina estética y moral en la historia de España y su patrimonio.
Cultivar lo extraño alude, aquí, a un crisol de significados. «Cultivo» como referencia a aquello que debe alimentarse para que crezca, ya sea un campo, una ideología o uno mismo. «Cultivo» como mención a los paisajes, la naturaleza y la botánica de periferia, que tanto significan en la obra de Perdices. «Cultivo» como homenaje al libro Cultivos (2008), del escritor y editor Julián Rodríguez, una persona fundamental en el devenir del artista.

Por otra parte, «lo extraño» entendido desde aquella acepción que lo asocia a lo queer e incluso a lo uncanny, según la famosa serie expositiva de Mike Kelley —otro de sus referentes—, pues hay una distorsión, una búsqueda de aquellas zonas indescifrables que desestabilizan lo normativo y lo convierten en obsoleto o en alienante, a las que Álvaro Perdices dedicó no pocas labores de siembra y sostenibilidad.
Su propio itinerario creativo es un ejemplo de ello. A partir de 1993 se instala en Los Ángeles, donde cursa estudios de posgrado en la UCLA y es profesor en la Twentieth Street Elementary School. Durante esos años entra en contacto con algunos de los autores más relevantes de la escena angelina de los noventa, como el citado Kelley, Paul McCarthy o Lari Pittman. En 2011 regresa a Madrid y comienza a trabajar como comisario y coordinador de exposiciones para el Museo del Prado.

Esta aparente dialéctica entre, digamos, el underground y la erudición se halla en la base de sus trabajos, que a menudo «abordan» algunas disidencias desde operaciones y gestos microhistóricos, o que «leen» la historia del arte liberándola de cualquier academicismo, como si esta fuese una suerte de larga misiva con múltiples remitentes, una carta redactada, al mismo tiempo, por Velázquez y Kenneth Anger, Cornelis van Poelenburgh y Andy Warhol.
Álvaro Perdices ha sido pionero en oponer la acción humana y su réplica a cargo de una naturaleza que nos alerta de los peligros del progreso mediante la anarquía ecológica. También exploró, hace treinta años, la libre educación, las cooperaciones con niños en periodo formativo, las herramientas que ellos mismos pueden fabricar frente a aquellos modelos pedagógicos coercitivos.

Presentó Cultivar lo extraño, un amplio proyecto expositivo que recorre treinta años de su trayectoria hasta la actualidad en el Palau de la Virreina en Barcelona, comisariada por Valentin Roma. En paralelo se encuentra preparando distintos proyectos para Bozar (Bruselas) en torno a la obra de Francisco de Goya y para el Centro Federico García Lorca en Granada.
A finales de 2025 presentará un ambicioso proyecto de comisariado que relee de manera transversal las colecciones del Banco de España centrado en los años 30 y que lleva por título Alegorías de un porvenir.
Su obra esta representada en colecciones públicas y privadas como: MNCARS (Museo Reina Sofia), Madrid; Museo Nacional del Prado, Madrid; Banco de España, Madrid; LACMA (Los Angeles Museum of Art); Hammer Museum, Los Angeles; Museo CA2M, Madrid; ARTIUM, Vitoria; Fundación Helga de Alvear; Colección Calcego.
Para más información: ajuntament.barcelona.cat
«Cultivar lo extraño» de Álvaro Perdices. Comisariado por Valentin Roma

