Trazos que remiten a lo más primitivo de nuestro ser y nos conectan con nuestros antepasados en las cavernas.
Xavi Muñoz, el explorador atmosférico, espeleólogo del tiempo, arqueólogo de posibilidades por descubrir, actúa entre lo experimental y lo místico, haciendo precipitar en todas sus obras aquellas sustancias destinadas a transmutar tanto el significado de la materia como el de la vida misma.




Xavi Muñoz (Barcelona, 1975) es un observador delicado. Su mirada -expandida en todo el campo sensorial- se convierte en una herramienta potente que transforma porciones de su realidad en materia sensible a los ojos del otro. “¿No lo ve? Está ahí”, nos dicen los estratos que componen sus topografías imaginarias.
Cada uno de sus artefactos -esencias fértiles de la ecología que habita- contienen en su interior los mitos y rituales simbólicos de un oficio al que dedica toda su jornada: hacer visible lo invisible. Como lo hizo Alexander von Humboldt, Muñoz crea y vive “a flor de piel”. Respira.

Siempre atento a los cambios de estado y las metamorfosis que día tras día desvirtúan la complejidad de su universo más íntimo, entre herreros y alquimistas, sintetiza realidad y ensoñación en todos sus inventos.

Sus “objetos encontrados” revelan sus esfuerzos por multiplicar óptica y geométricamente nuestras formas de vida. Nos hacen dudar -entre lo consciente y lo onírico, entre lo sentido y lo pensado- para forzarnos a establecer nuevas relaciones con nuestro entorno a través de la manipulación de la materia que lo hace tangible y practicable.




Son geografías de acción. Con Geosmina Xavi Muñoz completa el gaseoso mapa de isobaras e isotermas que empezó a diseñar en sus exposiciones anteriores en L&B Gallery: Landscape (2016) y Heaven (2019).
Hasta tubos de ensayo y partículas en suspensión, perfuman este ambiente de escarcha y composiciones cristalizadas en las que columnas de vidrio habitadas por nebulosas mujeres y sueños forjados como castillos de arena, despiertan todos nuestros dispositivos sensibles.

Un breve tratado de poemas nos explica el funcionamiento de esta realidad fenomenológica donde el agua de lluvia nos moja y el olor del petricor nos trasladan a lo lejos de una biosfera acotada por una compleja constelación de orígenes.
Muñoz atraviesa la superficie craquelada de su realidad para sumergirnos entre sus fisuras hasta lo más profundo: allí donde residen sus ansias de visibilizar todas sus visiones respirables.
Xavi Muñoz, el explorador atmosférico. Texto Juan Cabello Arribas