Pedro Ruiz (Bogotá,1957) ha desarrollado a lo largo de su obra una singular visión del paisaje que va más allá de lo puramente naturalista.
Pedro Ruiz: obras que brindan serenidad, atmósfera y significado. Sus composiciones suelen centrarse en canoas—emblemas de desplazamiento—que transportan vastos mundos naturales: árboles, flores, animales, ríos y arquitectura, todo fusionado en un solo escenario que evoca tanto la fragilidad como la riqueza del territorio colombiano

El estilo de Ruiz es figurativo, pero permeado por una rigurosa densidad detrás de cada trazo. Sus obras, de pequeño formato —con frecuencia 20×30 cm—, obligan al espectador a acercarse con lupa, revelando intimidad, precisión técnica y un contenido simbólico profundo sobre el origen, la pertenencia y la memoria. Esa escala y el hincapié en lo diminuto convierten al paisaje en una experiencia contemplativa y casi meditativa.
Las obras de Pedro Ruiz brindan serenidad, atmósfera y significado
El conjunto de la muestra redefine el acto de contemplación ampliando sus límites hacia formas de interacción visceral con el entorno. El lienzo se amplía así, dejando de ser una simple celebración de una flora rica y diversa. La flor aquí aparece entonces como símbolo de reverencia y transformación.
Otro elemento utilizado en varias de las obras es la “hamaca”, Un elemento que aparentemente invita al reposo y a la reflexión. Sin embargo, detrás de esta propuesta hay un “elogio a la pereza” al ocio como arma de reconstrucción, que reivindica la quietud y contemplación como forma de apaciguar nuestra obsesión por la velocidad.

Cada obra de Ruiz dialoga con el espectador transportándolo a una dimensión casi etérea, nos invita a detenernos, a observar y más importante, aún a escucharnos.
La canoa, silenciosa y constante, representa el “rememorar” el paisaje interior: esa memoria colectiva de un país marcado por el desplazamiento forzado. Viaja lentamente por aguas doradas transportando fragmentos vivos de cultura —flora, fauna, personas, música, poesía— como si llevase el espíritu mismo de la nación.
La exposición es un homenaje a la vida y al color que nos rodea, una experiencia sensorial que celebra nuestro territorio. Cada tono y textura es una propuesta para descubrir secretos de esta tierra que pueden revelar y recordar lo que somos, de donde venimos y a donde vamos.
En “Desplazamientos” y luego en “ORO – Espíritu y naturaleza de un territorio”, el remero se convierte en guardián de esas memorias, y el paisaje que lleva a cuestas es a la vez hogar, refugio y esperanza.

Una reverencia ante la intimidad vegetal. La naturaleza en sus lienzos aparece exuberante y viva: mariposas azules, ballenas, platanales, palmas de cera, selvas, montañas, ríos —cada elemento rebosa energía vital, como un canto coral a la biodiversidad. La fauna –como tigres, guacamayas o peces— se mezcla con la flora en una danza visual, que sugiere interconexión y equilibrio.




En cuanto al color, destaca el uso constante del dorado como fondo o atmósfera dominante. Es un dorado simbólico: representa la espiritualidad, la luz interna del territorio y su valor identitario frente a los relatos de violencia. Sobre él, los colores vivos —rojos, azules, verdes— destacan, creando vibrantes contrastes que atrapan e iluminan las escenas, proponiendo una visión amable y esperanzadora de la Colombia tradicionalmente asociada a conflicto
Su trabajo, muy influido por la atención al detalle —remontándose a su aprendizaje en París y el taller Atelier 17— combina rigor técnico con sensibilidad emocional.



Además, incorporando recursos formales como el formato pequeño, las referencias doradas y la minuciosidad, sus paisajes se convierten en microcosmos poéticos que funcionan como espejos del territorio y del espíritu.

En definitiva, los paisajes de Pedro Ruiz no se limitan a representar la naturaleza: recrean un imaginario colectivo armónico que rescata la inocencia y belleza de Colombia. Con un lenguaje cargado de simbolismo, precisión y esplendor cromático, sus canoas doradas navegan por la memoria y la identidad del país, recordándonos que la naturaleza y la cultura conviven inseparablemente en cada paisaje.
Pedro Ruiz: obras que brindan serenidad, atmósfera y significado