Cada página de esta historia ilustrada busca asomarse al abismo de uno mismo, pero no con una intención terapéutica.
«Tiritas para la fiebre» de Jazzy Dope. Sacando jugo de lo cotidiano con el arte de Jazzy Dope. Su obra con marcado carácter autobiográfico encierra unas vivencias personales que se muestran al público a través de un lenguaje figurativo que habita entre lo real y el subconsciente. Hemos quedado con su creador para adentramos en su universo emocional y conocer su experiencias más intimas.

¿Qué simboliza el título «Tiritas para la fiebre» en el contexto del libro y cómo se relaciona con el tema principal de la obra?
El título habla de poner parches para tapar el problema real. En un juego de palabras pseudocómico: las tiritas no curan la fiebre, es evidente. El contexto del libro es mi vida como creador, una especie de vómitos de una etapa oscura que nunca se va, una tristeza, ira, soledad, melancolía, no sé bien como llamarla, que me acompaña y se manifiesta de forma aleatoria. Una oscuridad que es adictiva y que forma parte de mí, que no se cura y que de cierta manera atesoro.
Es intentar curarme de una forma muy equivocada porque en el fondo no quiero curarme del todo (porque esa herida es un motor creativo de puta madre) y porque tampoco sé si es algo que se cure o si simplemente se vive con ello.



¿De qué manera utiliza Jazzy Dope las ilustraciones para representar el proceso de curación emocional y sus desafíos?
Los textos son reflexiones en clave poética de estados mentales, emocionales e instintivos que surgen de una historia real sin terminar de narrarla. Lo mismo ocurre con la ilustración, digamos que el libro está concebido para enfrentar a diálogo dos caras de una misma moneda. Dos vertientes completamente desmarcadas una de la otra, pero que hablan de lo mismo y se acompañan respondiendo al juego: escribir dibujos y dibujar textos.
¿Qué papel juega la metáfora visual en la exploración de temas complejos como la ansiedad, la depresión y el duelo?
La metáfora visual da forma a emociones que se escapan de mi control o que contadas de forma directa me dejan en una posición muy vulnerable, es decir, la metáfora visual me funciona para escarbar algo más hondo en mi agujero sin salir «mal parado». Es también una forma de escondite a través de la que puedo contar a los demás con mi propio idioma




¿Cómo invita «Tiritas para la fiebre» a los lectores a reflexionar sobre sus propios mecanismos de afrontamiento y procesos de curación?
Creo que a través de leer y experimentar procesos y errores ajenos es que logramos empatizar con los otros. Es un libro muy íntimo que busca causar en el lector una identificación, los textos van muy poco filtrados y en ocasiones resultan algo dolorosos. Desde mi perspectiva, el libro busca que el lector se detenga a reflexionar (como cualquier otro libro) con cada poema y cada ilustración, es un libro fácil pero que pretende ser leído despacio.

¿Cómo contribuye el estilo artístico de Jazzy Dope a transmitir emociones tan íntimas?
El libro utiliza un estilo muy directo para contar cosas que no lo son tanto, por ello creo que el mensaje se transmite de forma concisa. Tanto como pintor como escritor trato de abordarlo todo con imágenes y palabras llanas y un tono poco formal, siento que la relación con el público siempre tiene que ser de tú a tú, porque todo se consume de forma individual. Hablar de emociones es algo complejo, pero a través de la metáfora visual y la creación de imágenes mentales que derivan de la palabra resulta algo más sencillo.




¿Cómo busca el libro crear un espacio de identificación y consuelo para los lectores?
Supongo que a través del acompañamiento, el no sentirse solo cuando viene un mal viaje. Esto ocurre cuando lees a otras personas que pasan por lo mismo que tú, no sé, creo que te hace sentir menos bicho raro en un mundo que todo el rato enseña una cara bonita y una sonrisa brillante.
«Tiritas para la fiebre» de Jazzy Dope. Por Julián Díez