Aunque sus cuadros suelen estar enraizados en acontecimientos históricos del siglo XX como los regímenes totalitarios, o los grandes traumas europeos, su aproximación no es documental ni literal.
El arte conceptual con lenguaje abstracto de Adrian Ghenie. Muy al contrario, Ghenie utiliza el poder del arte conceptual y el lenguaje abstracto para desestructurar las narrativas oficiales y reconstruirlas desde la intuición y lo subjetivo. Sus retratos, por ejemplo, aparecen fragmentados, distorsionados, como si la historia misma se resistiera a ser representada de manera coherente o estable.

La abstracción en Ghenie no es un fin en sí mismo, sino una herramienta crítica. En sus lienzos, capas de pintura se superponen, se arrastran, se raspan, generando texturas que evocan heridas, desgaste, borraduras. Estos recursos no solo aluden a procesos pictóricos, sino también al deterioro de la memoria, a las huellas invisibles del trauma y al carácter mutable de la verdad. Lo abstracto se vuelve así un espacio simbólico donde lo real se revela fragmentado, en tensión constante con lo oculto.



Ghenie se inscribe dentro de una tradición pictórica que bebe tanto del expresionismo alemán como del arte conceptual posmoderno.
Influencias como Francis Bacon, Gerhard Richter o incluso el cine de Tarkovsky y la literatura de Kafka, se perciben en su trabajo, pero siempre reinterpretadas a través de una sensibilidad contemporánea, marcada por el colapso de las ideologías y la crisis de la representación.

Su arte es también una reflexión sobre el acto de pintar en la era digital. En tiempos dominados por la imagen instantánea y superficial, Ghenie reivindica la pintura como un medio profundo, introspectivo, capaz de capturar lo complejo, lo ambiguo y lo emocionalmente inasible.




Así, Adrian Ghenie configura una poética visual donde lo conceptual y lo abstracto se funden en una exploración intensa del ser humano y su historia.
El arte conceptual con lenguaje abstracto de Adrian Ghenie. Por Paloma Palomita