La Justicia de la UE reprende a la Comisión por violar normas de transparencia en el escándalo “Pfizergate”.
Bruselas ocultó los SMS de Von der Leyen. En un fallo que marca un hito en la jurisprudencia comunitaria en materia de acceso a la información, el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) ha sentenciado que la Comisión Europea transgredió las normas de transparencia al denegar indebidamente una solicitud de acceso a mensajes de texto entre Ursula von der Leyen, presidenta del Ejecutivo comunitario, y Albert Bourla, consejero delegado de la farmacéutica Pfizer. El litigio, conocido ya como “Pfizergate”, se remonta a la gestión de la crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19 y refleja una preocupante opacidad institucional en el seno de las más altas esferas del poder europeo.
El origen del conflicto se sitúa en una petición formulada por un periodista del diario estadounidense The New York Times, quien, en virtud del reglamento comunitario sobre el acceso a los documentos, solicitó acceder a los mensajes intercambiados en 2021 entre Von der Leyen y Bourla. Aquellos intercambios habrían estado relacionados con la negociación de un contrato de suministro de vacunas por un valor estimado de 35.000 millones de euros, en un momento crítico de la pandemia.
El tribunal falla contra Bruselas por negar el acceso a los mensajes entre Von der Leyen y Pfizer durante la pandemia.
La Comisión rechazó inicialmente la solicitud, alegando la inexistencia de los mensajes o su irrelevancia documental. Sin embargo, el TGUE ha considerado que estas explicaciones carecen de la solidez necesaria para justificar tal negativa. “La Comisión no ha proporcionado una explicación plausible que permita entender por qué dichos mensajes no fueron conservados ni registrados adecuadamente”, señala la sentencia, dictada desde la sede del tribunal en Luxemburgo.
El fallo subraya que Bruselas incurrió en una omisión grave de sus deberes legales. El reglamento europeo que regula el acceso a los documentos oficiales impone a las instituciones comunitarias la obligación de conservar cualquier comunicación que contenga información sustancial sobre cuestiones políticas, jurídicas o administrativas. En este sentido, el Tribunal recordó que la naturaleza efímera de un canal de comunicación —como los mensajes de texto o SMS— no exime de la responsabilidad de conservar y, llegado el caso, entregar dichos mensajes al escrutinio público.
Bruselas ocultó los SMS de Von der Leyen. La UE ocultó mensajes clave sobre contratos millonarios de vacunas, según sentencia judicial.
El portavoz de The New York Times celebró la resolución como “una victoria rotunda para la transparencia y la rendición de cuentas en la Unión Europea”. A juicio del medio neoyorquino, el dictamen envía “un poderoso mensaje” a las instituciones comunitarias sobre la necesidad de preservar todas las formas de comunicación relevantes, incluso aquellas de carácter informal o digital.
“La gestión de esta solicitud por parte de la Comisión fue deficiente”, añadió el portavoz. “El tribunal ha reconocido que los funcionarios europeos tienen la obligación de garantizar la trazabilidad y accesibilidad de los registros pertinentes”.
El veredicto también ha reavivado las críticas al estilo de liderazgo que Von der Leyen ha ejercido desde que asumió la presidencia de la Comisión. Algunos analistas consideran que su modo de gobernanza, caracterizado por una marcada personalización de los procesos decisorios, ha erosionado los principios fundamentales de colegialidad y transparencia.

Von der Leyen, en el centro de un escándalo de transparencia
Desde Bruselas, la reacción oficial no se ha hecho esperar. En un comunicado emitido tras conocerse la sentencia, la Comisión admitió que “debería haber ofrecido una explicación más detallada” sobre la no existencia de los documentos requeridos. Pese a esta admisión parcial de responsabilidad, el Ejecutivo comunitario subrayó que “la transparencia siempre ha sido un valor esencial” para sus instituciones, y reiteró su compromiso de seguir aplicando “el sólido marco jurídico vigente”.
No obstante, la sentencia abre una nueva etapa en este caso, ya que la Comisión Europea dispone ahora de la posibilidad de interponer un recurso ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), máxima instancia jurisdiccional del bloque comunitario. Si opta por recurrir, el debate sobre la opacidad institucional y la responsabilidad democrática en la UE podría intensificarse aún más.
El caso “Pfizergate”, más allá de su dimensión jurídica, plantea un interrogante de hondo calado democrático: ¿puede aceptarse que decisiones de calado continental se negocien en la sombra, sin posibilidad de escrutinio por parte de la ciudadanía?
En tiempos de creciente desafección hacia las instituciones, esta sentencia parece recordar que, incluso en lo más alto del poder europeo, debe prevalecer el principio de rendición de cuentas.
Bruselas ocultó los SMS de Von der Leyen. POr Leonardo Lee.