Esta artista es una de las retratistas más interesantes de Estados Unidos.
Hope Gangloff: La Bohème. Su obra, además, refleja el espíritu y las inquietudes de una importante generación creativa de Nueva York. Soy una fanática de los retratos. Los seres humanos me parecen infinitamente entretenidos e interesantes”, dice Hope Gangloff, una artista que demuestra que su pasión viene acompañada de un considerable talento para pintar, con pequeños brochazos e intensos colores, la naturaleza humana y todos sus misterios.

Cada vez que hablan de su trabajo, los críticos mencionan obvias referencias a Van Gogh, Gustav Klimt y Egon Schiele, tres maestros del retrato. Y aunque su mención es posiblemente inevitable, la Gangloff se las arregla para dar un nuevo y contemporáneo giro a su trabajo, con imágenes que flirtean con la ilustración y, en ocasiones, alcanzan la solemnidad del gran retrato clásico.


La artista, que después de décadas en Manhattan, cansada de los espacios pequeños y caros, se instaló con su marido, el también artista Ben Degen, en una granja en Upstate New York, pinta más que nada a sus amigos y conocidos, los que deben aceptar posar por horas en escenarios que muchas veces son construidos o dibujados por ella misma.
Hope Gangloff: La Bohème. La mirada tecnicolor.
“Cada práctica de percepción es una práctica de distorsión”, explicó hace poco en una entrevista con el sitio ArtSpace. “Cuando tengo a una persona posando para mí, no es raro que transpire mucho. La razón es simple: estoy sacando cuentas matemáticas. Mis ojos están realizando medidas demenciales, triangulando distancias muy rápidamente. Hay una línea muy sutil entre conseguir lo correcto y conseguir lo hermoso que trato permanentemente de borrar”.
Antes de sentirse realmente cómoda con la idea de trabajar con modelos en vivo, la artista solía tomar cientos de fotos. “Fotos hermosas y cándidas”, las define, con sus amigos observando una película, cocinando o leyendo un libro en un sofá, cuando no estaban atentos a la cámara.


Sin embargo, dice, prefiere las imperfecciones de su propia mano a la pulcra frialdad de las fotografías; por eso también viaja constantemente con un puñado de lápices y un pequeño block del tamaño de una postal donde dibuja, por ejemplo, decenas de sombreros que observó en una exhibición curada por Stephen Jones en el museo de Bard o las pinturas clásicas que encontró en un viaje a Italia con su marido. La Gangloff estudió en Cooper Union en Nueva York y, nacida en 1971, pertenece a una generación que asistió a esa prestigiosa academia en forma gratuita.
El año pasado, la institución decidió comenzar a cobrar por matrículas e instrucción, lo que levantó una ola de protestas entre académicos, artistas y estudiantes. La artista creó una serie de pinturas retratando las manifestaciones, y el tema aparece presente además en el retrato del artista Yuri Masnyj (“Checkered Flag”), expuesto por estos días en la Galería Susan Inglett, donde él aparece con un botón que dice “Salvemos Cooper Union”.






En una conversación de ambos publicada el año pasado en la revista Bomb, la imagen que emerge del Nueva York de sus días de estudiantes es la de un lugar bohemio y romántico, lleno de energía y optimismo.
“Toda la generación que estuvo en ese tiempo en la academia trabajó muy duro, y una vez graduada continuó trabajando duro para subsistir en Nueva York. Una debía ganar dinero suficiente y, al mismo tiempo, mantener la calma suficiente para continuar con la mayor pasión de tu vida, tu arte, en una forma alegre y lúdica, que es muy importante”.
Ese sentido de comunidad está claramente presente en su obra. Esta es una artista que pinta artistas y, debemos agregar, lo hace magistralmente.
Hope Gangloff: La Bohème. Por: Manuel Santelices