Erotismo sin fronteras: la mirada sensible de Geoffroy de Boismenu
Geoffroy de Boismenu: «Erotismo y diversión». En el vasto panorama de la fotografía contemporánea, donde la exploración de la sexualidad oscila entre lo provocador y lo poético, la serie The Spok Files de Geoffroy de Boismenu se erige como un paradigma de audacia y sutileza. El fotógrafo, nacido en Hong Kong y afincado en París, logra una alquimia singular: despoja al erotismo de su tradicional halo de transgresión para integrarlo en la cotidianidad sin que esta asimilación implique una pérdida de su fulgor expresivo.

Boismenu concibe la sexualidad como un juego desprovisto de las ataduras de la censura moralista, pero también de la crudeza de lo obsceno. Su lente traduce el deseo en imágenes donde la ternura y el humor actúan como contrapesos a cualquier atisbo de vulgaridad. En sus fotografías, la piel, los gestos y las miradas se articulan en una coreografía espontánea que se desliza entre lo sugerente y lo lúdico. No hay en su obra una mirada impúdica ni una provocación gratuita; en su lugar, aflora un erotismo depurado, una celebración de la libertad y la liviandad del ser.

Entre el arte y la publicidad: una visión fotográfica única
Lo que distingue a The Spok Files es su capacidad de resignificar el deseo a través de un prisma afectivo, donde la desnudez no es escándalo sino afirmación. En un mundo donde la representación de la intimidad suele debatirse entre la hiperexplicación y la censura, Boismenu encuentra un equilibrio inusual: la insinuación sustituye a la exposición cruda, y la sonrisa —cómplice, traviesa— diluye cualquier posibilidad de incomodidad. Su obra nos enfrenta a nuestra propia relación con la desnudez y el placer, despojándolos de tabúes impuestos y revelándolos como parte inherente de la experiencia humana.

Más allá de esta faceta personal y artística, Boismenu ha dejado su impronta en la esfera comercial, colaborando con marcas como Diesel, Paco Rabanne, Le Coq Sportif, Toyota y Orange, entre muchas otras. Su capacidad para dotar a sus imágenes de una identidad vibrante, reconocible y a la vez inesperada, ha hecho de su trabajo un referente en la fotografía publicitaria, donde logra conjugar lo estilizado con lo espontáneo, lo sofisticado con lo irreverente. Su versatilidad le ha permitido cruzar sin fricciones los umbrales del arte y la publicidad, nutriendo ambas dimensiones con una sensibilidad inconfundible.

Geoffroy de Boismenu: «Erotismo y diversión». La desnudez como celebración: un lenguaje visual sin tabúes
El recorrido de Boismenu se extiende también a la esfera editorial, con la publicación de once libros que consolidan su visión fotográfica en distintos formatos y narrativas. Su último título, Who’s John Doe? (2012), diseñado por My Name Is, se suma a una producción donde el libro-objeto adquiere una importancia fundamental. La fotografía, para él, no es solo imagen sino también materialidad, secuencia y ritmo, una cadencia visual que transita del instante congelado a la historia que se despliega página a página.

Las exposiciones de su obra han llevado su particular imaginario a distintas latitudes, con muestras en espacios como Colette y Studio 58 en París, la Oficina 33 en Hamburgo y la Open Eye Gallery en Liverpool. En cada una de estas instancias, su fotografía ha dialogado con públicos diversos, desafiando preconcepciones y ampliando los límites de lo que consideramos aceptable o incómodo en la representación de la intimidad.

Lo que hace de Boismenu un artista singular es su capacidad para desmontar prejuicios con una naturalidad desarmante. En sus imágenes, la libertad no es una bandera altisonante sino una presencia sutil y omnipresente; el erotismo no es una provocación sino una pulsión vital, un juego compartido entre el fotógrafo, sus modelos y, finalmente, el espectador. En un tiempo donde la representación del cuerpo oscila entre la cosificación y la corrección política extrema, The Spok Files nos recuerda que la desnudez puede ser, ante todo, un espacio de encuentro, de alegría y de redescubrimiento de lo humano en su estado más esencial y sincero.
Geoffroy de Boismenu: «Erotismo y diversión». Por Mónica Cascanueces