“Cuando fotografío, trato de usar mis instintos tanto como sea posible. Es cuando las imágenes no son consideradas e irracionales que cobran vida; que evolucionan de mostrar a ser «. Jacob Aue Sobol
Jacob Aue Sobol: «Documentalista de la intimidad”. Todas las fotografías son memento mori y sacarlas es participar en la mortalidad, vulnerabilidad y mutabilidad del otro. La idea de las fotos como recuerdo de la fugacidad de la vida y la condición inevitable de la muerte fue enunciada y explicada de manera bellísima la foto es una “pseudopresencia y una marca de ausencia” por la ensayista Susan Sontag (1933-2004).
El fotógrafo danés Jacob Aue Sobol ha desarrollado un estilo de fotografía monocromática expresivo y algo abrasivo que se centra en la búsqueda del amor en un entorno hostil al tiempo que destaca la búsqueda de la aceptación y la universalidad de las emociones humanas.
Su trabajo siempre parece ser comparado con el de Daido Moriyama. Pero no lo veo. Tal vez sea su estilo característico de blanco y negro de muy alto contraste. Pero la perspectiva está totalmente equivocada. No, esta obra es toda de Jacob Aue Sobol. Y algunos dicen que se repite. Yo lo llamo tener un ‘estilo’. Algo de lo que estoy muy a favor. ¿Se repitió Andy Warhol? Supongo. Pero cuando ves un Warhol, sabes que es un Warhol.
El impulso de Aue Sobol por encontrar la luz en momentos de sombra y duda lo ha llevado a los confines del planeta. Al sumergirse por completo en las culturas que ha llegado a documentar, sus trabajos trasciende las limitaciones del reportaje o documental tradicional, a menudo al encapsular un elemento personal y subjetivo de la vida a medida que se desarrolla silenciosamente.
Coherente con su ideal hasta las últimas consecuencias, la escritora dejó que su amante durante 16 años, la fotógrafa Annie Leibovitz, retratara el avance del cáncer, el dolor, los penosos tratamientos médicos y, finalmente, el cadáver.
Jacob Aue Sobol (Dinamarca, 1976), que es también un magnífico “documentalista de la intimidad”, hace suyas en cada imagen las ideas de Sontag. Cada foto que dispara es, como sostenía la autora, un “asesinato sublimado, un asesinato blando, digno de una época triste, atemorizada”. Cuadran además en la calidad del fotógrafo como “depredador” y es consciente de que “fotografiar personas es violarlas, pues se las ve como jamás se ven a sí mismas
Sobol, miembro de la agencia Magnum, alcanzó notoriedad con Sabine, el reportaje que narra los tres años en los que vivió en la costa este de Groenlandia conviviendo con una chica inuit.
Es una obra cruda que sondea la ternura, la crueldad, la alegría, la alienación, el sexo, la candidez y, por supuesto, la fatalidad insalvable del dicho latino: “recuerda que morirás”.
En 2006 ganó el premio World Press Photo con un reportaje sobre una familia de agricultores indígenas de Guatemala, luego se trasladó a Tokio, donde permaneció durante año y medio, y ahora trabaja, desde Dinamarca, en el proyecto Arrivals and Departures, basado en un viaje entre Moscú y Pekín.
«Para mí, la cámara siempre ha sido una herramienta para encontrar y representar el amor hasta el punto de que se convirtió en una obsesión. ¿Qué tan cerca puedo llegar a un amor que se siente verdadero en mis imágenes? » – Jacob Aue Sobol
El trabajo de Aue Sobol es visualmente conmovedor, carece de la suavidad que inicialmente se asocia con la intimidad, pero no obstante es poderosamente impactante. sus trabajos nos enseña la importancia de tener afinidad con un lugar, de formar conexiones personales con sus sujetos y de esforzarse por encapsular sentimientos en lugar de hechos.
No se ocupan de lo social o las condiciones políticas. Les interesa “acechar dentro de todos nosotros”, buscar “el recuerdo de la totalidad perdida” y encontrar “las semillas de la muerte”.
Aue Sobol ha dicho de sí mismo: “Aunque soy una persona tímida e inhibida entre los extraños, no deseo ser un extraño. Soy un ser humano social y mi fotografía es un gesto social; Extiendo mi mano hacia el mundo que me rodea y las personas que conozco «.
Este ‘gesto’, es visceralmente evidente en su obra, que muchas veces da la sensación de que el fotógrafo no está presente, o al menos forma parte del entorno debido a que los sujetos parecen totalmente a gusto, o incluso, ajenos a la cámara. en absoluto.
Jacob Aue Sobol: «El documentalista de la intimidad”. Por Mónica Cascanueces.