Richard Kern es uno de los pocos vanguardistas tardíos que operan con interrogaciones de una lucidez aterradora, pero también atravesada por una comicidad casi voluptuosa
Richard Kern: «El desnudo verdaderamente psicológico». Fotógrafo y cineasta underground, pero es, ante todo, un retratista. Durante más de dos décadas Kern se ha dedicado a desentrañar e iluminar las partes oscuras y complejas de la naturaleza humana.
No hay nada más turbador que los retratos de Richard Kern. Hasta los desnudos de las chicas más bellas son insolentemente provocadores, pero no a la manera Playboy, repleta de cuerpos artificiales, sino como metáforas de una llamada animal a ser consoladas, o escuchadas en sus desgarros internos.
Está también en esos otros posados ligeros de ropa, el arrebato, la chulería, el desafío, los más sucios deseos…Por toda esta introspección psicológica desfila el objetivo de Richard Kern que marca a su bestiario de una manera única, distinguible, auténtica. No en vano, es un cazador de esa escena íntima y poco convencional del mundo de las celebridades estadounidenses.
Richard Kern «El desnudo verdaderamente psicológico». La poética de Kern (el cuerpo sobrepasado) se expresa en un conjunto de trabajos que dio a conocer a lo largo de los años ochenta e inicios de los noventa.
En 1985, Kern dio a conocer tres cortos que subrayan lo anómalo del vínculo entre la amplitud de lo real-concreto (en tanto mundo de la manifestación) y la amplitud del deseo como estancia ilimitada de lo posible, lo que se espera, lo convocable por medio de los actos no verbales o por medio de las palabras.
Al ver Trust in Me (sobre el suicidio), I Hate You Now (sobre el sacrificio) y The Right Side of my Brain (sobre los instintos), tiene uno la impresión de que Kern se coloca siempre en el lado del sujeto no controlado, cuando este accede al espacio donde su imaginación coincide con sus deseos y con algunas formas concretas de realización y completamiento del yo.
La cámara pasea por zonas no glamorosas de Manhattan, y la ciudad está allí tangibilizada por un encuadre que coincide con la mirada del paseante común, pero al mismo tiempo se trata de un sitio fantasmático que la voluntad y el deseo sustraen de la inmediatez concreta.
Los sujetos de Kern ejercen esa libertad, ciertamente, pero se supeditan a los imperativos del sueño y el delirio. O, para decirlo con más precisión, ponen el sueño y el delirio en el mismo nivel que ocupa el hábito de lo real.
Su cine es a veces eso: el degüello impetuoso del hábito de lo real en favor del advenimiento de una percepción más somática, al nivel de la piel, y que equivaldría entonces a un tipo más auténtico de testificación del fluir de la existencia. Olvidarse del cuerpo es una desgracia inmensa.
En uno de ellos, Submit To Me Now (1987), Kern presenta el cuerpo como un momento, o quizás una región que la mente gobierna o ansía gobernar, y que se halla en estado de sufrimiento absoluto.
Submit to Me Now pone al descubierto, de manera explícita, dos elementos que en las obras de Kern abundan: la masturbación y la automutilación. Sin embargo, en el personaje danzante que se masturba hay una necesidad de nitidez, un anhelo de graficar, en términos de apelación ritual, algo que el entorno desarrolla en una dirección no sexual (o, al menos, no sexual en el sentido moderno).
Lo mismo ocurre en The Nightmare (1993), donde Kern regresa al sentido clásico del sueño como entrada en lo fantasmagórico.
El joven que se masturba y eyacula sí sueña con un cuerpo sexualizado que luego coincide con el de una mujer que lo visita. La huella del sueño, que debería estar allí, en ese vínculo propicio, desaparece como si se tratara de una culpa que quiere ocultarse. La masturbación no es un ritual. Ni siquiera es una masturbación en la vigilia.
Transgresor, captador de almas en retratos desde la sexualidad, Richard Kern sigue dando que hablar con sus trabajos, siendo fuente de inspiración para muchos que eligen esta vertiente en su carrer
¿Qué sufrimiento es ese, de dónde proviene, por qué está ahí?
Esas preguntas tienen que ver con un tipo de tradición en la cual el cuerpo se conecta con un paganismo sacrificial. El carácter sagrado del cuerpo lo hace vulnerable en todas direcciones, con la concurrencia tenaz de la sangre, la destrucción y la muerte, pero también lo impregna de una sacralidad que se expande hacia otros mundos, como el de la danza.
A Kern le interesan, en relación con el cuerpo, la comunicabilidad no verbal, no fonocéntrica, y un repaso de sus películas daría como obvio resultado que allí los elementos básicos son la desnudez, la vulnerabilidad, el sexo (como actividad no marcada por el placer ni por el dolor: el sexo como una especie de paroxismo tras el cual se empieza a comprender algo que está fuera o más allá de él), la crispación casi esperpéntica de la fogosidad, la danza y el sueño. Y, en el trasfondo de todo, la pelea entre la dura realidad de la ilusión y la ilusoriedad flagrante de lo real.
Tan barroco y tan bizarro en algunos casos. Y es, ante todo, un retratista de los que captan el alma de tigre de esos ángeles caídos de los altares de la moda, la música y la gran pantalla.
Veáse algunos de los que están: Marilyn Manson, Bruce La Bruce, Nick Cave o Marina Abramovich. Todos interesantes en sus singularísimos perfiles artísticos y en sus más orondos o escuálidos retazos de sí mismos.
Kern hace del objeto de su fotografía el espacio psicológico entre el modelo, el fotógrafo y el público. Con su sobriedad y su enfoque, subraya lo absurdo de la verdad y la objetividad en la fotografía mientras juega con nuestra confianza sobre las taxonomías que rodean la representación sexual».
Richard Kern es un colaborador habitual de Vice y Purple, y hasta el momento ha publicado 11 libros. Sus películas y fotografías han sido expuestas en el MOMA, el Whitney Museum y ha participado en más de 30 exposiciones individuales en todo el mundo. Kern vive y trabaja en la ciudad de Nueva York.
El artista estadounidense hace del objeto de su fotografía el espacio psicológico entre el modelo, el fotógrafo y el público. Con su sobriedad y su enfoque, subraya lo absurdo de la verdad y la objetividad en la fotografía mientras juega con nuestra confianza sobre las taxonomías que rodean la representación sexual.
En su página web podéis ver una amplia selección de retratos, así como vídeos, entre muchos de ellos musicales para grupos como Sonic Youth, cuyo líder estuvo presente en el concierto-performance «Breaking open the head» que tuvo lugar en el auditorio Edgar Neville.
El desnudo verdaderamente psicológico del actor por Richard Kern. Por John Headhunter.